Tu no pero tu amiga si 7
Rebeca despertó a Susana comiéndole el coñito, sabía que había sido una niña perezosa la noche anterior, y Susana la llevaba de la cabeza por donde quería, gozando y rezando porque no entrara su madre a despertarlas.
Pero su madre ya despierta y hecha un ovillo en el sofá, no se quería levantar. Que les haga el desayuno el, pensó y se dio la vuelta, mirando al respaldo y agarrando el edredón para intentar dormir y no pensar.
Rubén, algo furioso recordando como le había llamado su mujer, bebía su leche de soja y miraba la agenda sabiendo que la tapadera se le había acabado, sin pensar en las chicas hasta que las oyó bajar hablando entre ellas, y miró alrededor sabiendo que Sandra no estaba. Las chicas no se dieron cuenta al principio, pero al ver que no había nada preparado para sus almuerzos en el instituto, se miraron entre ellas y dijo su hija:
-¿Y mama? ¿la voy a despertar?-. le preguntó girándose a subir las escaleras.
-No cariño, no está, habrá salido temprano por algo del trabajo.- le mintió volviendo a mirar la Tablet, sabiendo que su hija le descubriría la mentira en el rostro.
Se encogió de hombros y se puso a hacer los bocadillos, y Rebeca la leche con cereales. Empujándose y azotándose sus culos de piedra. Ni esa "visión celestial" atrajo la atención de Rubén, poniendo palote al padre más estricto, con el cuerpazo de Rebeca bajó el pijama sin sujetador y un olor a coñitos húmedos, que casi se podía lamer en el aire. Pero él no, él buscaba apartamento, rezando por no verle la cara a su mujer si aparecía.
Sofia me la mamaba lentamente y con cariño, olía al sexo de la noche anterior y enseguida se calentó sin darse cuenta, la empezó a tragar con más ganas para despertarme y que la follara.
-¡Mmm! ¿tienes hambre, perrita? ¡Ooooj! Sigue un ratito más, ya verás.- le dije despertando y gozando de su boca.
Noto mi mano amasarle los pechos cada vez más fuerte, y retorcer sus pezones estirándolos. Movía el culo reclamando mi atención, y fui en busca de sus agujeros, soltando un pezón de un buen estirón, que le hizo dar un saltito de dolor. Tenía el coñito ya empapado, y mis dos dedos entraron enteros sin problemas, con ella resoplando con su nariz en mis pelotas, gozando de la intrusión sin miramientos, como a ella le gusta.
-¡Mmmmh! ¡Ooooj! Va, monta que tengo trabajo.- le dije follándole muy rápido el coñito y sacando los dedos de golpe.
-¡Aaaaah! ¡Mmmmh!.- exclamó sacándose la polla de la boca y colocándose encima para montarme.
-¡Oooooh! ¡Mmmmh! ¡Ooooojj! ¡Ooooojj! -me empezó a cabalgar pensando que la dejaría a su gusto, notando mis manos acariciar su cuerpo hasta llegar a su cabeza, y de vuelta a su culo.
Le empecé a marcar el ritmo, y noto como le recogía el pelo de la cabeza y agarraba el cachete de su culo con fuerza, y mi ritmo crecía. Me miró sonriendo, y se apoyó a los lados sabiendo lo que le esperaba.
-¡Mmmmh! ¡Aaaaj! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! ¡Aaaaajj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Buuff! ¡Mmmmh! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! .- gemía a cada pollazo cada vez más rápido, sintiendo mi boca absorber su pecho con fuerza y jugar con su pezón con la lengua, sin poder hacer nada, entre mis manos y mi boca que la atrapaban, pero tampoco quería que lo dejara de hacer.
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Tu no, pero tu amiga si
RomanceRebeca era una adolescente alta y con curvas, pero poco desarrollada de pechos. Ya se frotaba por las noches mirando porno en su Tablet, y gozaba de su cuerpo. Andrés, su padre, viudo desde que nació Rebeca, se desvivía por criar a su hija sin que l...