Tu no, pero tu amiga si 8

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                                                                        Tu no, pero tu amiga si 8


    Sandra vuelve a estar enfadada, más conmigo, que con su nuevo modo de juego de calientapollas. Pero ella no sabía jugar, no ligaba hacía muchos años, y menos con alguien a quien quería mucho, pero no como marido. Yo siempre le deje claro que la que estuviera conmigo solo cataría mi polla, y todos los coños que quisiera. Y eso era lo que no le gustaba de mí, pero solo eso, porque también se estaba empezando a poner nerviosa solo de estar a su lado, se estaba reafirmando, de que siempre había estado enamorada de mí.

Y mis chicas recibían buenos pollazos por turnos, y muchos azotes. Gozábamos de lo lindo, y ellas me pedían más de las dos cosas, con los culos ya muy rojos, pero soltando buenos gemidos agradecidas, y empujándome para notar bien adentro mi polla. Menudas dos perritas estaba convirtiendo, pensé viéndolas tan dispuestas.

Así que cambié de los culos a las tetas, y me quede follando el coñito de mi hija, diciéndole a Susana que me diera sus tetas, colándole dos dedos en el coñito y empezando a morderlas volviéndola loca mientras follaba a mi hija aumentando la velocidad, y los gemidos de las dos, que me acariciaban, besaban y mordían por donde podían.

Mi hija ya recibía muy bien mi polla entera, y sonaban mis pelotas chocando en ella, que gozaba muy cómoda contra el respaldo del sofá, hincándome las uñas en cuanto se corría, ahora sin escape. Pero fui bueno, y les dije:

-¡Cambiad! Ven cariño, córrete en mi boca.- les dije soltando el coñito de Susana, pero tumbándola en el sofá con las piernas abiertas, con ella colocándosela ansiosa.

Mi hija se puso de pie, frotándose a punto de correrse, y me miró con esa cara de niña buena que sabe que va a ser castigada, agarrándome la cabeza en cuanto le chupé con fuerza y le lamí el coñito que la hizo explotar enseguida, haciéndola gritar de gusto, tirándome de los pelos por donde quería que le chupara.

Susana recibía ya casi toda mi polla, y cuando me despiste un par de veces, bajo una mano y me agarro la base. Ahora ya podía darle caña, y seguir con el coñito y el culito de mi hija. Que me tiraba del pelo gozando, pero revolviéndose con el coñito sensible después de correrse.

-Cómele las tetas, ya casi está.- le dije soltándole y ella se giró de rodillas, empezando a devorárselas, y Susana con su cara de a punto de correrse.

Me miraba fastidiada de que no nos corriéramos juntos, y no pudo aguantar más, con su amiga en sus buenas tetas, y mi polla sin compasión. Se arqueo, levantando el culo, y se empezó a correr agarrada a la cabeza de su amiga y mirándome agradecida de que bajara el ritmo.

Pero yo también estaba enfadado con Sandra, aunque más conmigo mismo. Me había pasado, aunque ella misma me lo propuso, pero no lo había dicho en serio. Y cuando mi hija escucho como me escupía en la mano, y le dejaba la saliva en el cachete del culo. Abrió los ojos mirando a su amiga, las dos sorprendidas.

Se la saque a Susana, la cogí de la cintura y la coloqué encima de ella. Se giró a mirarme con los ojos brillantes, y noto como le abría los cachetes del culo, y se la metía lentamente, bajando a lamerla por donde llegaba en su nuca, y mi polla entrando algo ansiosa.

-¡Mmmmh! ¡Oooojj! ¡Mmmmh! ¡Ooojj! ¡Ooj! ¡Ooojj! ¡Ooj! ¡Ooj! ¡Mmmmh! ¡Mmmmh!.- empezó a besar a su amiga, sin esperar tanta caña, pero gozando de lo lindo con los dedos de Susana en su botoncito, y mi lengua por su nuca.

Tu no, pero tu amiga siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora