Tu no, pero tu amiga si 5

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Tu no pero tu amiga si 5


Inés se fue lentamente a su casa, pero el día pasó volando para mí, que escuche risas conocidas y mire la hora, viendo que ya volvían las dos brujas, pero acompañadas por Sandra, que me sonrió al abrir la puerta.

-Se te acabó la tranquilidad. -me dijo ciertamente, dándole dos besos muy pegado a ella.

-Hola bombones, espero que hayáis sido buenas.- les dije recibiendo sus besos y dejándolas pasar.

-Cómo lo sabes corazón, ahora llega tu calma. -le conteste a Sandra, que venía con unos tejanos ajustados y una camiseta también ceñida, mirándome sonriente.

-Quédate a cenar, y así descansas del careto del marica. -le dije admirando su cuerpazo falto de unos buenos pollazos.

-¡jajaja! calla loco, te va a oír la niña. Venga va ¿cocinas tú? -me dijo dejándome de piedra y dándome otro beso en la mejilla, pasando dentro también.

-Menuda sorpresa, con lo acostumbrado que estoy a tus calabazas. -le dije mirando su grande, pero precioso culo de vicio.

Me pilló mirándoselo y colocándome el rabo, que tenía un poco dolorido, y me sonrió diciéndome:

-Tu tampoco vienes ya nunca a cenar o comer, te lo recuerdo.- y se sentó en el taburete de la cocina, al lado de mi despacho improvisado.

-Ya sabes cariño, me cae muy bien y le quiero mucho, pero tiene que salir del armario. Nadie le va a juzgar. -le dije abriendo la nevera y ofreciéndole una cerveza, que asintió aceptándola.

-Si tienes razón con tu locura de teoría, aceptaré tu última proposición.- me soltó de golpe.

Me quedé parado, con mi lata a medio abrir, abrí los ojos y le dije asombrado:

-Cuidado con lo que ofreces.- le dije acabando de abrirla y sentándome a su lado.

-Tanto que me lo repites, pues demuéstramelo. Pero si te equivocas, ya no lo llamaras así nunca más.- me dijo a los ojos.

-Pero los trastos si te los seguiré tirando. -le dije brindando con las latas de cerveza y riendo los dos.

-¡Jajaja! si ya lo hacías con Maribel en vida, recuerdo los puñetazos que te pegaba.- me dijo, recordándome un tiempo muy lejano para mi percepción.

-Es que lo pides a gritos cielo, y a ella luego le compensaba, no te creas. Le salía siempre a ganar cuando se enfadaba por eso.- le dije, recordando los polvazos que le pegaba en el coche, y las comidas de coño después de visitar a Sandra y su familia.

-Ya, ya, si nos lo contábamos todo, fiera, que todas sabemos que eres un fiera en la cama. -me confesó, dejándome otra vez a cuadros.

-¿Qué pasa hoy contigo? ¿no irás drogada o algo?- le dije pellizcándole un muslo y haciéndola reír a carcajadas.

-¡Jajaja! ¡Au! ¡No, para! Cosas que recuerdo, solo eso. -me dijo cuando pare de pellizcarla, y me volví a sentar.

-Estás melancólica ¿Qué te ha hecho recordar? .-Le pregunté dejando el cachondeo a un lado.

Me miro algo triste, y me dijo en voz baja:

-La jodida menopausia, eso me ha hecho recordar, y estoy furiosa porque quería un hermanito para Susana.- me confesó con cara de fastidio.

-Estás a tiempo, ¿te habrá empezado ahora no? -le dije sin poder creerme que ya no fuera fértil, con lo buena que seguía estando.

-Sí, sí, hay tiempo, pero Rubén no quiere. No se ve otra vez con un bebé en casa. -me dijo, y mi polla saltó deseosa de ayudarle.

Tu no, pero tu amiga siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora