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El latigazo que me habían proporcionado antes, había hecho que mi cuerpo se debilitará y perdiera la consciencia antes de averiguar la verdadera identidad del chico que me había rescatado. Con un dolor tremebundo en la cabeza, logré divisar luces de un candelabro de cristal que colgaba del techo. "¿Dónde estoy?", pregunté con débil susurro mientras intentaba sentarme en la comoda donde parecía haber estado descansando.

-No te levantes-Me advirtió una voz preocupada. Se trataba de un chico de sedoso cabello color gris-ceniza, con figura un poco delgada pero robusta y con encantadores ojos azules verdosos- Aún estás débil, debes descansar...-Mi rostro se puso pálido- No te preocupes- Me calmó el chico al ver mi rostro sin color- No voy a hacerte daño, puedes confiar en mi-Se apresuró a aclarar-.

Me relajé y me quedé contemplándolo por un buen rato. Me fijé en sus ojos que eran un poco rasgados, pero el color de sus ojos no se veían aplacados. Por un momento me perdí en sus ojos, queriendo descifrar su alma, pero luego volví a la realidad y comencé averiguando su identidad.

-¿Quién eres?-Pregunté algo confusa-.

-Es como lo esperaba...supongo que nunca notas mi existencia...-Dijo el chico con desaliento-Estamos en la misma clase...-.

Hice un repaso mental sobre los miembros de mi clase, pero no pude reconocerlo.

-Lo siento...pero en verdad no sé quien eres...-Dije algo apenada por ser tan distraída. Aquel chico había salvado mi vida y yo ni siquiera sabía de su existencia-Por cierto, te agradezco enormemente por haberme rescatado, no sé donde estaría en estos momentos si no fuera por ti. Gracias-.

-No tienes nada que agradecerme a mí. La persona que realmente te salvó, fue "ella"-El chico bajó su mirado al pronunciar la última palabra con melancolía-.

-Lo siento-Volví a disculparme por cortesía. Un silencio abrumador se instaló en la habitación-Disculpa...sé que fui impertinente...pero, me gustaría saber la razón por la cual estoy aquí. Recuerdo muy poco antes de llegar aquí...-Dije con vacilación-.

-Hice lo que la carta decía- Contestó satisfecho el chico- La carta que me dejó "ella"-.

Sentía que aquel chico cambiaba de estado cuando mencionaba a "ella", pues parecía perderse en sus pensamientos, así que cambié el tema de conversación:

-¿Cómo te llamas?-.

-Kim Su Hyun- Respondió apresurado- Kim es mi apellido, así que puedes llamarme SuHyun- Explicó-.

-Tienes un bonito nombre-Manifesté con delicadeza-.

SuHyun suspiró aliviado, luego me miró con sus profundos ojos azules verdosos diciendo:

-Pensé que te ibas a reír como los demás-.

-Pues ya ves, soy diferente-Aseguré optimista-.

-No eres diferente, eres única-Afirmó risueño-.

-¿Cómo llegué aquí?-Pregunté, ignorando el alago de SuHyun-.

-Verás, "ella" me escribió una carta, donde me advertía de una situación. Una situación donde tú te veías involucrada. Al principio no lo entendía, pero escuche tus gritos en mi mente y sabía que tenía que hacer lo que "ella" me había encomendado-.

-Disculpa, pero ¿Quién es "ella"?-Pregunté sin poder resistir por más tiempo la curiosidad-.

-Es mi hermana-Respondió con pesadumbre- Su nombre era Kim Yeon Hee. Nunca llegué a conocerla-Sus ojos se nublaron y su voz se ensombreció- Su único legado es una carta-.

-Lo siento...-.

-No tienes porque disculparte tantas veces. Ella no está aquí, pero aún guardo la esperanza de reunirme con ella-Dijo esperanzado- Y la clave eres tú-.

Letras Color Escarlata ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora