Capitulo 3 La suerte caerá

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Dando las doce de la noche, el líder aún se encontraba despierto, sentado en su cama, pensando en lo que paso. Todavía no podía creer en la derrota que tuvo con los chicos que alguna vez, llego a golpearlos.

-Dante, Álvaro, hijos de la chingada. Dijo el líder después de dar un sorbo de whisky.

-Malditos pendejos, ¿creen que por golpearme los hace hombres? Ahora si me conocerán, sabrán lo que soy capaz. Dijo muy furioso el líder, quien con su mano derecha cerraba el puño con fuerza, golpeando la mesa.

-tengo una idea, que la suerte juegue a favor de uno de ellos, y que la mala suerte lo lleve a mí. Hablo el molesto líder, levantándose de la cama y caminando directo a su escritorio, abriendo un cajón del escritorio y sacando dos dados.

El muchacho miro los dados con frialdad, se mostró muy confiado, pero seguro de sí mismo, que se la suerte le volvería a sonreír y esperaba que uno de los dos cayera en sus manos.

-muy bien, la suerte caerá a uno de estos imbéciles y será quien sufra.

El muchacho, cubre con sus manos los dados, se sienta en la cama nuevamente, se acomoda y comienza a agitar sus manos, esperando la cuenta en su mente para poder así, lanzar los dados y ver quien podría ser el ganador.

Antes de soltarlos, pensó en un número para cada joven, a dante lo puso con el número 6 y a Álvaro el 5. Si los dados marcaban un número del 6 a arriba, le tocaría a dante, si caen y marcan un número que marque del 5 para abajo, seria para Álvaro.

-listo. Dijo el líder al soltar los dados y ver quien sería su primera víctima de su furia. Los dados pararon de moverse, el muchacho miro bien y sonríe al ver al ganador.

-Dante, te va a cargar la chingada cabron.

2 días después.

Pasando los dos días, después del último aviso del alcalde, el pueblo entero ya tenía lista la comida, los adornos en casas y locales, música llamativa de pequeños grupos de mariachis y mucho más.

El alcalde se veía tan contento, esperaba que el día llegara, pues desde que explotó cerca de la futura gran biblioteca dejo mucho en que pensar al hombre del pueblo. La gente ya estaba lista, sentían mucha felicidad de celebrar el festival, solo que recuerdos de algunas personas les caía el ánimo por sus difuntos familiares que partieron de este mundo, dejando un dolor en ellos.

El alcalde sabía que con este evento, un gran festival que a pesar de recordar con tristeza a sus familiares, les traerá recuerdos felices.

En casa de Álvaro, este ya se estaba preparando para ir a trabajar, con las ganas que este sentía dentro de poder pasar el evento con el viejo Valdez, a pesar de que este era tacaño en ese contexto. Aun así, este se animó y dijo que con gusto.

Mientras que dante, este no tenía ninguna intención ir al evento, presentía algo y quería evitar cierta cosa.

-de ninguna forma voy, no tengo intenciones de ir. Se dijo así mismo, viéndose en el espejo de su baño con una gran mirada seria.

El muchacho se da una lavada la cara, se seca con la toalla y después de salir del baño, escucha algo que le llama la atención. ¨no inventes guey, ¿así fue como se originó eso? No lo sé guey, solo sé que ese artefacto es poderoso y si se me apareciera, con arto gusto aceptaría el talismán¨

El confundido Dante se asoma por la ventana a medias, ve a dos jóvenes a quienes escucho hablar del talismán. El curioso muchacho se preguntó que era tan importante el artefacto, porque dice que si se le apareciera, hablaba de algo fantasioso.

No está muy seguro, este no lo piensa y decide asistir al festival, para poder preguntarles de ese talismán que estos parecían ansiosos de aquello.

Pasando la noche, las personas del pueblo empezaron el festival con música, baile y espectáculos con marionetas gigantes de calaveras con llamativos colores. Las risas se oían muy alegres, parecía que el alcalde les había dado su medicina que tanto esperaban curarse de la terrible tragedia que se vivió.

El talismán. Deseos Del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora