Capitulo 5 Probando los deseos

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Pasado dos horas desde que dante despertó, este decidió ir a caminar como cualquier día. El pueblo estaba todavía con los adornos puestos, la feria que el alcalde prometió seguía puesta.

En el camino algunos conocidos saludaron al muchacho, preguntándole que en donde se había metido la noche anterior, contestando que solo quiso ir a dormir.

Mientras dante seguía con su caminata, Álvaro se encontraba en su casa, descansando después de la noche anterior. Este no fue a ayudar al viejo Valdez, debido a que este le pidió que descansara y que además, no trabajaran al día siguiente.

Este despertó abriendo poco a poco los ojos, el rayo de luz del sol medio apuntaba su vista y este se cubrió el rostro, al sentarse se queda mirando pensativamente. La noche anterior se la había pasado muy bien,

Sin embargo, el chico recuerda algo más de esa noche, algo que quería saber sobre la locomotora. Cuando se encontraba junto al viejo Valdez este sintió curiosidad y le pregunto sobre aquella leyenda en 1924. El viejo Valdez, en vez de decirle ahí mismo, decidió contárselo mientras lo llevaba al sitio donde sucedió.

-perdóneme por sacarlo de la pachanga, señor Valdez.

-jaja no te preocupes mijo, después de todo seguirán más fiestas así, además puedo contarte de lo que paso hace seis décadas...

-ha pues gracias.

-no me lo agradezcas muchacho. Dijo Valdez, sacando una pequeña carcajada.

Al llegar a un barranco, donde al fondo se encontraba el gran cañón que antes, era un gran puente que lo cruzaba. Después de quedar parados, admirando la vista desde lejos y caminar poco a poco, el viejo Valdez dijo.

-hace seis décadas, cuando el pueblo tenía más habitantes, una locomotora era muy conocida por traer a personas de la ciudad de México, eran turistas muy amigables, aunque tenían su lado arrogante, mis padres siempre usaban ese tren para transportarse del pueblo a la ciudad... solo que una noche, fue cuando sucedió la tragedia, el tren cruzo el puente, sin problema alguna, hasta que un sobreviviente afirmo haber visto una especie de energía roja, que brillaba por debajo del puente, hasta que hace la explosión y el tren colapso, junto a mis padres.

El viejo Valdez evito llorar, aun recordaba a sus padres con un dolor infernal, siempre ocultándolo con una sonrisa y buen humor. El chico se dio cuenta de esto, evito preguntarle si estaba bien, aunque quería hacerlo.

-y aquí estamos, mira, este es el puente donde cayó el tren. El chico miro al viejo Valdez con lastima, luego se acercó un poco para asomarse y ver que, aún permanecía una parte de la locomotora.

-no puede ser. Expreso Álvaro.

-vez porque el pueblo ha vivido con este tipo de creencias, siempre lo relacionan con lo que pasa aquí, pero también tengo mis dudas, no sé si sea real hasta la aparición de una extraña moneda.

-¿una moneda?

-sí, y una muy extraña, se supone lo tiene el que afirmo a ver visto aquella energía roja, quien sabe que habrá visto...

Después de recordar aquello, sintiendo lastima por la mención de sus padres, levantándose y vistiéndose.

Después de vestirse, Álvaro sale de su casa para caminar un rato. Este miraba todo a su paso con una gran calma, guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón. Este cruza una calle y al voltear, se encuentra con una amiga suya, Camila.

-Que hubo Álvaro. Saludo Camila.

-Camila, que onda, ¿Cómo estás? Respondió Álvaro.

-bien, ¿y tú? Dijo la joven.

El talismán. Deseos Del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora