Abismo Celestial ; Toll

Kapitel 2

- ¿Príncipe? - Bill susurró muy bajo hablando consigo mismo y alzó la mirada para poder verlo mejor, quería grabar cada detalle de su rostro para jamás olvidarlo, para su sorpresa Tom también lo miraba fijo y cuando sus miradas se conectaron , sintió como una corriente eléctrica recorrió por sus venas, que incluso podía jurar que un destello en sus ojos  pudo ser visto con facilidad por los demás, tragó saliva y desvió la mirada un tanto avergonzado, nunca en su vida se había sentido así... era... una extraña sensación como si estuviera desnudo frente a los demás,  se sentía frágil, por primera vez en su vida- Bue...Bueno... me tengo que ir -Dijo con torpeza antes de darse la media vuelta para salir corriendo pero sus pasos fueron interrumpidos de nuevo por aquel Príncipe que le tomó del brazo.

- Espera ¿Cómo te llamas? -Sus ojos aún seguían en él, ante el silencio de Bill le soltó de a poco- Disculpa, me presento primero... Soy Tom -Hizo una reverencia ante él, lo cual impacto a todos los demás que estaban a su alrededor, incluyendo Hanna, pues el príncipe rebelde ni siquiera hacía eso ante su madre.

- Bill... -Su labio inferior palpitaba, se acomodó la capa antes de salir corriendo pero esta vez sin ser detenido por nadie. 

...

Escuchar Ethan's Waltz - Abel Korzeniowski 

En todo el camino Bill no dejó de correr, parecía como si un monstruo lo estuviera siguiendo cuando en realidad las calles seguían vacías, la oscuridad aún era la dueña del cielo, al llegar al taller , que era su nuevo hogar, abrió la puerta y una vez que entró la cerró tras él, recargándose en ella y dejando caer su cuerpo al piso.

- ¿Qué es esto? -Tocó sus mejillas con las manos temblorosas notando la humedad en la yema de los dedos, levantó las manos para verlas y vio en sus dactilares manchas negras a causa de su rimel corrido por  las lágrimas que salían de sus ojos- ¿Qué...? -Bajó la diestra hacía su pecho, pero no, no sentía el latido de su corazón, su pecho seguía vacío. 

Años atrás 

- Al fin en mis manos -Serena se balanceaba de un lado a otro con el recién nacido entre sus brazos que seguía en un profundo sueño, no había pasado mucho desde que fue arrebatado de su familia.

- ¿Y qué va a hacer con él, Reina mía? -Dijo una voz chillona que pertenecía a un ente parecido a  un duende verde por su corto tamaño. su nariz puntiaguda y su color verde.

- Este pequeño, derrotará al Reino Sagrado por nosotros -Alzó al bebé y olfateó su cabellera antes de dejar un beso en su frente- Pero aunque sea de los nuestros ahora, no podemos confíar en él, al final la asquerosa bondad de Erena corre por sus venas -Alejó al pequeño con un gesto de asco, dejándolo sobré la cuna que habían adaptado para él- Trae todo lo que te pedí...

Y es así como la Reina del Abismo gracias a sus poderes y a uno de los rituales aprendidos del Demonio Rojo, pudo sacar el corazón del pequeño recién nacido de su pecho, dejando el pequeño corazón que aún latía en un cofre bajo llave, que ese cofre fue escondido en lo más profundo del Abismo.