Kapitel 3

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Ya habían pasado un par de horas desde que los gemelos habían emprendido su caminata hacía la montaña Volcano, Bill continuaba en frente liderando el camino mientras Tom le seguía a unos metros de distancia cansado, se podía notar por su andar, un tanto flojo y arrastrando los pies, estaba concentrado en continuar moviendo las piernas que no se dio cuenta que el pelinegro se había detenido y por lo tanto chocó su frente contra la nuca del de enfrente. 


- Auch! -Dijeron al mismo tiempo, Tom se tocó su entrecejo y Bill la parte trasera de su cabeza. 


- Oye porque...


- Shhh -Dijo Bill sin dejarlo hablar, dándose media vuelta y tapándole la boca con la mano, mientras miraba alrededor en busca de algo entre los árboles, Tom por su parte se quedó quieto y en silencio pero no perdió el tiempo, observó los finos rasgos del adverso, los ojos avellana debajo de una sombra de color negro, bajó hacía el puente de la nariz respingada y perfecta, y continuó bajando hacía los labios carmesí, notando un lunar que se parecía al que tenía en la mejilla pero Bill lo tenía debajo del labio. 

Tom parpadeó un par de veces sin entender lo que estaba pasando, Bill continuaba observando a su alrededor, ya el sol se estaba escondiendo en el horizonte lo que le preocupaba pues se quedarían sin luz en cuestión de una hora, el pelinegro poco a poco aparto sus dedos de los labios ajenos.


- Guarda silencio -Susurró muy bajito, apenas audible para su acompañante, lo tomó del brazo y lo jaló junto con él hacía un arbusto,  sintieron una vibración en la tierra, así como unas pisadas tan fuertes que aunque se encontraba aún a metros de distancia se escuchaba con demasiada fuerza.


- Qué es... -Dijo Tom susurrando lo más bajo que podía, intentando ver entre las ramas que lo cubrían, Bill llevó el dedo indice a sus propios labios en señal de que no hicieran ruido.


Tan sólo unos segundos pasaron para poder ver a lo lejos una enorme figura, tan grande que incluso sobrepasaba los árboles más grandes de la montaña, era de color negro con algunas grietas de color rojo, Tom de manera inconsciente comenzó a apretar con fuerza el brazo delgado de Bill en un intento de calmarse y no salir gritando del lugar, así estuvieron por unos segundos hasta que ese ente se perdió en lo más alto.


- Qué fue... eso... -Dijo Tom recuperando el aliento, incluso había aguantado la respiración  por el miedo a eso desconocido.


- Es un espíritu maligno del Volcán... -Bill hizo una ligera mueca pensativo, era raro que este tipo de entes se encontraran en el Reino Sagrado ¿acaso era un plan de su madre la Reina del Abismo? negó un par de veces con la cabeza, incluso aunque hubiera sido ella, no permitiría que esto continuara rondando por ahí, sería demasiado obvio que su llegada coincidiera con estas apariciones, no quería ser investigado, aún ni siquiera había iniciado su plan, es más, no tenía ninguno en concreto. Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir la presión en su brazo, bajó la mirada notando como Tom seguía apretandolo con fuerza, este se dio cuenta y de inmediato quitó su mano mirando hacía otro lado avergonzado. 


- Ejem... Deberíamos irnos y notificarlo al Reino, ellos se encargaran -Dijo Tom luchando con su garganta para que su voz no se quebrara, mientras salía del arbusto.


- ¡NO! -Bill salió de un salto tras él, Tom sólo lo miró sorprendido llevando la mano a su pecho, sí, lo había asustado- Qui... quiero decir, ya estamos aquí! A..además... Eso no es nada, no hay que molestarlos... Seguro tienen muchas cosas por hacer -Comenzó a caminar con rapidez siguiendo el rastro de las grandes pisadas que había dejado aquel ente.

Abismo Celestial ; TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora