Capítulo 6

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Julieta Dominguez via instagram stories

hace 20 segundos

Enzo Díaz ha respondido a la historia

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Enzo Díaz ha respondido a la historia

Enzo Díaz: me vuelvo loco

Enzo Díaz: mi wacha hermosa😍

Lucas Beltran ha respondido a la historia

Lucas Beltrán: aY se hacia la linda😛

Lucas Beltrán: se te va a escapar una teta amiga, te la atajo🤑

Pablo Solari ha respondido a la historia

Pablo Solari: fua q linda

Enzo Pérez le ha dado me gusta a la historia.


Muerdo mi labio inferior al ver la respuesta de Enzo, inmediatamente siento un cosquilleo en mi estómago y pienso en si responderle o hacerme la difícil y desinteresada. Ninguna de las dos cosas me salen cuando se trata del castaño.

Sin embargo, opto por restarle importancia a su mensaje, aunque es lo bastante complicado como para tener que buscar una distracción que me lleve a no pensarlo. Por suerte, Enzo no había actuado como un pelotudo después de ese día, lo que fue una sorpresa porque siempre que pasaba algo entre nosotros, él automáticamente dejaba de hablarme y yo me cuestionaba una y otra vez si había hecho algo mal. Esta vez no había sido así. Si bien no nos habíamos visto más por sus entrenamientos y mi trabajo, Enzo me respondía alguna que otra historia o me mandaba mensaje.

Pero lo que más llamaba mi atención era el me gusta de Enzo Pérez. Hacía días que no cruzábamos palabras, muchos menos un mensaje. No nos vimos más. Y supe que la única –y más factible– razón por la que me dejó de hablar, fue por su mujer, o por la culpa de hacerle algo a la madre de sus hijos. Yo me sentía aun más culpable, pero no por ella, sino porque no sentía cargo de consciencia y eso me hacía maquinar todo el tiempo. No iba a mentir diciendo que no había deseado que Enzo Pérez me cogiera en su casa. Desde la última vez que lo vi, las ganas de reencontrármelo iban en aumento.

—Che, gorreada —interrumpe mi hermano apareciendo en la cocina. Me encuentro preparando un café con leche y esperando que una agencia de modelaje me responda un llamado, cuando veo que mi hermano llega para ‐seguramente- desquiciarme.

—¿Qué queres? —pregunto con desgano.

—Eh, rescatate y hablame bien —se defiende y abre la heladera comenzando a husmear dentro de ella—¿Venis a la jodita de hoy al final o pinchó?

Ni sabía de qué joda me estaba hablando.

—¿Qué joda? —pregunto curiosa antes de darle un sorbo a mi café. Mis pocas ganas de salir eran explicitas.

DESEO | Enzo Díaz, Enzo PérezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora