Capítulo 10

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Enzo Díaz

Con frustración le meto una patada con toda mi fuerza a la pelota, como si esa fuese la única forma de soltar toda la bronca y enojo acumulado que llevaba encima desde hacía semanas, y entonces, como si de una bomba se tratase, la reviento contra el arco descargando todo. Largo una puteada al aire mientras siento como las gotas de transpiración comienzan a descender por mi rostro. Agarro con mis manos el borde de mi musculosa del club y uso la tela para secarme, luego miro a mis compañeros al lado mío que están en la suya, todos excepto Enzo Pérez. El capitán no deja de mirarme y yo no puedo ni mirarlo a la cara, me da asco, bronca y si sigo estoy hasta mañana. Aprieto los puños de solo imaginarme sus manos sobre el cuerpo de Julieta, tocando a su antojo, sin arrepentimiento encima, y ella lo había permitido. Eso era lo que más me jodía, que no la tenía así, la imaginaba diferente, aunque en el fondo sabía que no lo era.

Si había algo que odiaba era la infidelidad, sobre todo porque ya había pasado por eso.

—¿Está todo bien hermano? —Su voz me saca de los pensamientos. Se da el tupé de fingir que me cae bien, cuando él mismo sabe que no lo puedo ni ver. Hacerse el pelotudo y tomar el papel de víctima hasta con su mujer le salía genial.— Enzo...

Veo que se acerca y me apoya la mano sobre el hombro, a lo que me giro y la saco con desagrado. Sé que se da cuenta, pero ni siquiera se imagina lo que siento por Julieta, tampoco puedo culparlo, pero no iba a negar que quería cagarlo a piñas.

—Estoy bien —suelto un suspiro que me doy cuenta que venía conteniendo y rato de no demostrar enojo a través de mis expresiones faciales, pero es algo que me resulta imposible desde que tengo memoria.— No me pasa nada.

Enzo se encoge de hombros restándole importancia.

—Trata de calmarte porque la vas a terminar cagando, se vienen partidos importantes y tenes que tener esto —señala su cabeza con el dedo— al cien por ciento. ¿Entendiste?

Odiaba que me diera órdenes. Incluso que fuera capitán no le daba el honor de mandarnos a todos como si fuéramos su ganado. Debo calmarme, bajar el enojo de alguna forma porque cuando me consume la ira no logro revertirla. Aprieto la mandíbula y cierro los ojos para luego abrirlos, buscando calmarme pero al ver su rostro y su gesto de soberbia, no puedo graduar mis palabras y suelto lo primero que se me cruza por la cabeza.

—Estoy bien te dije, no me vengas a romper las pelotas —sentencio acercandome a él, acortando la distancia con los puños apretados aguardando todo mi enojo en ellos.— Trata de controlarte vos, porque con tus boludeces caemos todos en la volteada.

Levanto tanto la voz, incluso sin darme cuenta, y cuando observo detrás de nosotros todos nos están mirando, incluso Demichelis. Nuestros compañeros nos observan con cara de incredulidad, pero nadie entiende nada. Quizás porque no saben quién es Enzo Pérez en verdad.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2023 ⏰

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