"Estaba mal.
Pero, ¿Dónde estaba realmente lo malo cuando jamás se había sentido tan vivo como en ese momento?
Buscaba en sus ojos la respuesta, en su piel suave y tersa, en el largo inmaculado de sus pestañas, en el arco naso de sus labios; pero...
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—¡Ah, mierda! —Exclamó viéndose los converse salpicados y las pantorrillas.
—Santo Dios, TaeHyung, no acabo de decirte que dejaras eso, lo iba a hacer yo —El muchacho trataba de limpiarse inútilmente la pintura de la piel pero parecía extenderse más.
—Sí, pero quería ayudar —
—Mas ayudas estando sentado por allá con tu rata peluda —Señaló el mayor.
—Por cierto, ¿Dónde está Bam? —Jeon rodó los ojos, ¿Como era posible que pasará de un tema de conversación a otro en dos segundos? Lo mareaba.
—En casa, ¿Dónde podría estar? —Contestó mientras se agachaba a recoger la poca pintura que se había caído sobre el suelo, gracias a todo no se adhería al mismo si no hubiese sido un problema.
—¿Lo dejó solo? —
—¿Por qué no? Dormía mientras vine aquí —Kim lo miró ceñudo y con absoluta desaprobación.
—¡Es un bebé! —Exclamó entonces mientras se dirigía a la puerta.
—Por Dios, no le pasará nada, tiene agua y comida allí, no tardaré mucho. ¿A dónde vas? —
—¡Por el! ¿A dónde más? —A JungKook le tomó un minuto reaccionar ante sus palabras, anhelando la posibilidad de que se desharía de él por lo menos una hora si se iba, pero aquello lo dejó descolocado, ¿A su casa? ¿Él? ¡Ni loco lo dejaba entrar!
—Regresa aquí que la puerta está cerrada —Más el muchacho ya se había ido. JungKook se quedó ahí parado con la brocha en mano, estupefacto. No creía que... No. Ni como entrar, había bloqueado la puerta. Sonrió como idiota regresando a pintar lo que había dejado a medias, no tardaba en volver al darse cuenta que había ido en vano y entonces de reiría en su cara.
Sin embargo y al cabo de unos minutos, TaeHyung volvió y con él traía a Jeon Bam, su mascota; sus trastos para su alimento y una cama que le había hecho comprar para su descanso.
Jeon JungKook de quedó helado. No se le cayó la boca al suelo por qué Dios es grande.
>> ¿Cómo entraste? —Fue lo primero que le preguntó puesto que no podía creer aquello. No recordaba tampoco haber dejado las ventanas sin seguro y no había una puerta trasera para entrar.
—Bueno, digamos que mi historial en la ciudad no es muy bueno que digamos. Pero eso no tiene porque afectarnos —Decía campantemente mientras dejaba al cachorro sobre su alfombra acompañado de juguetes y demás, junto a su mascota también YeonTan.
—¿Estás diciéndome que forzaste mi cerradura como auténtico criminal? —No, aquello no podía ser verdad.
—Bueno, si lo dice así suena re feo. Pero sí —Sonrió divertido— No hay palabras más suaves —JungKook casi se va para atrás— Ya, ya, no me mire así, es solo un truco que aprendí junto a la pandilla pero no lo había vuelto a practicar hasta ahora. Además, no la averié ni nada si es lo que está pensando, sigue de utilidad —
