Capítulo 4

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—Alissa, ve a la sala dos, te toca aula —me informó Andrea, una educadora del centro.

Yo resoplé: odiaba tener que hacer los deberes en el hospital de día.

Una vez en la mesa con mis compañeros, esperé a que Marcos se fuera para hablarle a mi amiga.

—Carla, ¿crees que lo volveré a ver?

Ella, que estaba escribiendo algo en la libreta, me miró.

—No sé, hace ya un mes que no lo ves.

—Ya...

—Pero a lo mejor vuelve.

—¿Tú crees?

Se encogió de hombros.

No pude hacer mi tarea con tranquilidad, pues tú acaparabas todos mis pensamientos.

**********

No me apetecía caminar, así que me paré en la parada del bus.

Después de lo que me había dicho Carla, no había dejado de pensar en ti. ¿Y si tenía razón y te volvía a ver? ¿Cómo reaccionaría yo? Pero también estaba la posibilidad de que se equivocara.

Por suerte para ambos, mi amiga estaba en lo cierto.

Esa misma tarde te volví a ver en nuestro punto de encuentro.

Volvías a estar solo, como la primera vez que te vi.

No obstante, no pude tomar la iniciativa de entablar una conversación contigo.

Porque fuiste tú el que me habló.

El chico del autobús (relato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora