Capítulo 22

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Ya hacía tiempo que me habían dado el alta del hospital de día. En parte fue gracias a ti, ya que me ayudaste mucho a creer en mí, a recuperar la autoestima que llevaba años perdida.

Pero, ¿de qué sirvió, si cuando encontraste a alguien mejor que yo te fuiste?

Me abandonaste.

Me hiciste sentir inservible.

Usada.

Por tu culpa creí que alguien como yo podía experimentar amor.

Alguien solitaria.

Insegura.

Ansiosa.

Gorda.

Más tarde me di cuenta de que me equivocaba.

Nosotros y nosotras tenemos el mismo derecho de ser amados que los demás. Independientemente de nuestro cuerpo, carácter y forma de ser. Todos merecemos amor.

Entendí que el verdadero amor está en una misma.

Sonaré egoísta, pero primero siempre vamos nosotros, y luego los demás.

Es por ello que no puedo culparte por lo que hiciste, sé que ella era lo que necesitabas. Sin embargo, sí puedo culparte por la forma en la que lo llevaste a cabo. Te pusiste en prioridad y olvidaste mis sentimientos.

Tuviste la oportunidad de decirme que no eras feliz a mi lado, de hacerme entender que no era mi culpa que yo no pudiera darte lo que buscabas en una relación.

Pero te importó una mierda cómo podía llegar a sentirme yo.

El chico del autobús (relato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora