Rubia.
Ojos azules.
Un poco más alta que yo.
Delgada.
Guapa.
Segura de sí misma.
Carismática.
Es decir, todo lo que yo no era.
Ese día cumplíamos un año. Yo iba a tu casa muy emocionada con el regalo que yo misma había hecho con mis propias manos y que tanto me había costado hacer.
Un ramo de tulipanes hechos de papel, tal y como aquel que me regalaste en nuestra primera cita, antes de ser pareja.
Hechos con todo mi amor.
El material acabó arrugado y roto en el suelo de tu habitación cuando te vi con ella.
Tu otra novia.
Aquella con la que llevabas ya seis meses.
Aquella con la que empezaste a salir justo cuando yo te confesé que no experimentaba atracción sexual.
Vaya sorpresa me llevé cuando me enteré de que ella antes era tu mejor amiga, a la que nunca me habías presentado.
En ese momento, con los ojos rojos y húmedos, entendí que nada iba a cambiar.
De hecho, nunca había cambiado, a pesar de haber llegado a pensar que sí.
Tú me hiciste creer en el amor, y tú mismo me diste motivos para dejar de hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
El chico del autobús (relato)
Teen FictionAlison, la chica tímida. Tú, el chico del autobús. (Basado en hechos reales y ficticios)