P: Sé que debí contestarte, pero es que últimamente no estoy muy bien anímicamente.
A: No te preocupes, no tienes la obligación de responderme.
Aunque eso significase que mis inseguridades y mi ansiedad aumentaran.
A: Te puedo ayudar en algo?
P: Mi abuelo murió el mes pasado.
Sabía lo que se sentía perder a alguien muy importante. Sin embargo, entre muertes y abandonos, ya me había acostumbrado a estar sola. O más bien, a sentirme sola.
A: Lo siento mucho. Entiendo ese sufrimiento.
P: Tú también perdiste a alguien?
A: He perdido a muchas personas.
E incluso a algunas nunca llegué a tenerlas, en realidad.
P: Lo siento...
Pasaron dos minutos y nadie escribió nada.
P: Siento si has llegado a pensar mal de mí. Me gustas mucho, Alissa. No quiero perderte.
Eso me hizo sentir genial. Era la primera vez que alguien que me conocía me decía que le gustaba, y que esa persona hubieses sido tú, me llenó de felicidad.
A: Tú también me gustas... Me atreví a confesar.
Me llegó la imagen de ti sonriendo. Me ruboricé.
P: Te apetece quedar mañana? Me preguntaste.
A: Claro.
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El chico del autobús (relato)
Teen FictionAlison, la chica tímida. Tú, el chico del autobús. (Basado en hechos reales y ficticios)