No sabia mucho de Aniue.
Tenia cicatrices de las que no le había contado el origen, algunos lunares que pese a ser gemelos no compartían, y también callos en las manos hechos en la practica de dominar la espada. Y eso solo de forma física. Había tantos aspectos de la vida de su hermano que Yoriichi desconocía, pero le daba mucha curiosidad por conocer, aunque había una gran posibilidad de que Michikatsu no quiera compartir eso con el.
Pero desde que lo empezó a cuidar, habían estrechado sus lazos mas que antes. Mientras que Yoriichi lo cuidara, Aniue siempre estaría cómodo bajo sus servicios. Siempre respetando lo que los médicos ordenaran, trataría de hacer que su hermano aun viva la vida como siempre lo han hecho, incluso si uno de ellos no estaba consciente.
Hoy saldrían al patio a tomar sol.
Eligiendo un yukata blanco y un haori azul, empezó a cambiarlo de ropa. Al principio le dio mucho pudor, ya que no quería hacer esto sin permiso de Aniue, pero no podía mantenerlo con la misma ropa todo el tiempo. Al terminar y asegurarse que la vía intravenosa estaba colocada correctamente, le puso unas medias tabi para que no tenga frio en los pies. Cuando su hermano estuvo completamente vestido, maniobro su cuerpo para que este sentado de espaldas a él, ya que le haría la coleta que siempre usaba.
Mientras cepillaba el cabello de Aniue pensó en lo mucho que ambos habían cambiado. Su hermano ya era todo un hombre, con una familia, paso por su mente. Ellos no habían podido venir a visitarlos para ver a Michikatsu, quizás estaban ocupados y por eso no habían venido a verlo. O en el peor de los casos no querían hacerlo, y hasta cierto punto los entendía, ya que fueron abandonados por un padre y esposo que siguió a Yoriichi.
A veces no puede evitar sentirse culpable por eso.
Al terminar con la coleta, se colocó su haori rojo y acomodo a su hermano en la mejor posición para llevarlo afuera, junto a un libro que le recomendó uno de sus compañeros. Pero antes de partir, tomo su posesión mas valiosa y la coloco en su bolsillo.
Era hora de divertirse.
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- ¿Qué es el amor?¿Es una tortura o una bendición? Esa es la pregunta que ella se hacia a diario, pero nunca encontraba una respuesta concreta- Leyó en voz alta.
No estaba acostumbrado a leer así, ya que siempre leía para si mismo. Pero como la lectura era para Aniue hacia un esfuerzo para seguir adelante, aunque se trababa en algunas palabras o disminuía el volumen sin darse cuenta.
Era un buen libro en su opinión, ya que trataba de dos amantes en la China del periodo Han que luchaban por un amor prohibido debido a que el joven seria un monje y la chica una concubina del emperador. Iba por la mitad del libro, y esperaba que ambos obtuvieran su final feliz.
Los pájaros cantaban alegres en el mediodía, y el sol alumbraba al par de gemelos con su radiante luz. Yoriichi estaba sentado con las piernas extendidas y la espalda contra un tronco con el libro en una mano, y Michikatsu estaba acostado en las piernas de su gemelo, cubierto con el haori rojo y con la otra mano del menor acariciando su rostro. Era un lindo día, y pese a la circunstancias, Yoriichi aun le veía el lado positivo a la situación.
- "El amor es la fuente de sufrimiento mas grande", le respondieron una vez, aunque esa respuesta no pudo satisfacerla- Pasó la pagina- "El amor es lo que nos motiva a seguir adelante pese a que los dioses estén en nuestra contra", fue lo que respondió su amante cuando le pregunto.
Mientras el gemelo menor leía, la luz del sol empezó a iluminar el rostro de Michikatsu, específicamente en la marca de cazador, casi como si lo acariciara con el cariño de una madre.
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Dependencia || Demon Slayer
FanfictionQue su hermano haya sufrido una tragedia por seguirlo es algo que nunca podrá perdonarse. Pero en secreto agradece tal regalo de los dioses, ya que le impedirá huir de su amor hacia el. No lo podrá dejar como los demás.