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Estiré mi cuerpo al sentirlo pesado, había estado más de dos horas sentada en la misma posición haciendo las tareas de los días que falte a la escuela, debía entregarlos en dos días y aún me faltaban varios.

— Hubiera preferido ir a la escuela — murmuré dejando caer mi cabeza en el escritorio.

Me queje al sentir el ligero dolor en mi frente pero no le moví, la frescura de la madera del escritorio me había hecho gruñir, de alguna manera mi temperatura había comenzando a bajar, cosa que me estaba preocupando. Se supone que los sangre de lobo debemos tener una temperatura mucho mayor a la de los humanos, pero yo, parecía que con el pasar de los días mi temperatura bajaba un grado.

No era un cambió drástico detectable para otros, pero yo podía sentirlo, era consciente de las irregularidades que le sucedían a mi cuerpo, y más que ahora parecía tener un ligero disgusto por las cosas frías.

En medio de mi depresión por exceso de trabajo, mi cuerpo conquilleo y y sentí una calidez en la nuca, levantandome de golpe dirigí mi atención a la ventana de mi habitación.

Me miró unos segundos para luego abrir sus brazos en espera de mi. Reaccionando casi de inmediato me levanté de la silla y corrí hacia él, siendo envuelta en sus cálidos y fuertes brazos aspire su aroma, ronroneando en señal de que me gustaba.

— Te vez cansada — susurro besando mi coronilla.

— Tengo muchas tareas que hacer — respondí.

— ¿Quieres que te ayude? — dijo está vez ocultándose en el hueco de mi cuello.

Me separé del abrazo y le mire al rostro, en sus labios se había dibujado una encantadora sonrisa y sus ojos brillaban con una intensidad que me hizo temblar las piernas.

¿Puede ser más lindo?.

— Te lo agradezco Rhys, pero es química — me termino de alejar y regreso al escritorio.

— Yo sé de eso — se defendió.

— ¿Seguro?.

— Bueno — vaciló — se almenos se de nuestra química.

Eso me habia hecho reír al mismo tiempo que recordaba aquella incomoda charla con mis padres, no era la típica charla de sexo seguro que suelen darle los padres a sus hijos adolescentes cuando tienen su primera pareja, esta no solo hablaba de eso, si no de las consecuencias que no solo incluían cachorros si no también conflictos con manadas vecinas, la herencia del territorio e incluso una guerra por el liderazgo.

Fue mucha información que apenas logramos procesar, pero mis padres fueron muy claros en mantener nuestras actividades como pareja — fuera el nivel que fuera — lejos del ojo humano.

— ¿Estarás todo el día haciendo los deberes? — pregunto detrás de mi.

Podía escucharle vagar por toda mi habitación hasta que por fin decidió tirarse sobre mi cama.

— Si — respondí — falte una semana entera al instituto, debo ponerme al día.

— A Jeffries no le importaría que no entregues uno o dos trabajos.

— Los exámenes comenzarán a dos semanas, tengo mucho que estudiar — aclare abriendo mi libro.

Pude escuchar como el chico suspiraba de cansancio pero no insistió más, durante una hora estuve haciendo tareas mientras Rhydian dormia en mi cama.

Creo que ya lo ignore mucho el dia de hoy.

Me di la vuelta y le mire, acercándome a el de forma lenta me coloque serca de él y acaricie su cabello. Teniendo un gemido de gusto como respuesta a mi tacto. Conteniendo las ganas de reír, seguí acariciando su cabello y en algún punto me perdí en mis pensamientos y no fue hasta que sentí como sus brazos me rodearon la cintura y me atrajo a él, teniendo su rostro en mi estómago.

You Rock My World || WolfBlood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora