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Sabia que Rhydian no estaba aquí sin ninguna razón, que no era por querer invadir territorios ajenos como Maddy había dicho, él no tenia opción, estaba solo, los Bonn le habían brindado una oportunidad de iniciar de cero. Sin dejar terminar a Berni salí de la tienda en busca del chico.

Aspire el aire en busca del rastro del aroma del rubio, fue fácil encontrar esa particular esencia a piña, asiendo uso de mi velocidad sobrehumana me eche a correr en su busca, me había tomado unos minutos divisar su figura a la distancia.

- Rhydian - le llame al ver que, pese al notar mi presencia, me ignoraba.

- No te preocupes, ya me voy - hablo molesto - ya le puedes decir a tu hermana que no la molestare mas.

- No - camine mas rápido colocándome frente a él - fuimos unas estúpidas, lo lamento, no te vallas - intente convencerlo - te ayudaremos.

- ¿Ayudarme? - repitió indignado - ya me han ayudado; consejeros, ritalin.

- Ayudarte de verdad, debes controlar tu lado salvaje antes de que te lastimes a ti mismo, o a alguien.

Esta ultima frase hiso que Rhydian detuviera su andar y me mirara como si hubiera dicho algo que no esperaba, pero que ya estaba acostumbrado a escuchar.

- ¡¡Eres como todos los demás!! ¡¡Como ella!! - me grito a la cara.

No me dejo decirle nada mas, pues después de literalmente escupirme esas palabras a la cara, se hecho a correr colina arriba, y obvio para alejarse de mi había hecho uso de velocidad sobrehumana.

Pero no era el único con esa habilidad. A sabiendas que seguirle por donde él se había ido seria un desperdicio pues no le alcanzaría a tiempo antes de que llegue a su casa, así que me fui por un sendero entre el paramo, conocía este lugar como la alma de mi mano así que por aquí cortaría camino.

Y así fue, salí frente a él cuando se detuvo, se veía impresionado pero su orgullo no le permitía expresarlo. Camine hacia él quedando de frente una vez mas.

- Se sobre los Bonn - tenia que jugar mi ultima carta - se que estas solo.

- ¿Y?.

- Soy como tu, al igual que Maddy - exprese - tu lo viste.

- Tal vez seas como yo, pero piensas como los demás, igual que tu hermana - exclamo exaltado - tratas de hacerme mejor, ¿Pero sabes que? lo que soy, en lo que me convierto, eso es mejor, es mejor que cualquier cosa que conozca y no dejare que nadie me lo quite.

- ¡No te dejare ir! - le tome de brazo.

Ya me había gritado lo que sentía pero no me había escuchado a mi, así que a era el momento, no iba de dejar que siguiera hablando como si yo no supiera que es lo que se siente estar solo, sin ninguna dirección.

- Adelante persígueme - me ínsito - detenme, usa tus poderes lobo y ve cuan rápido todos se darán cuenta de lo que eres, ninguno de tus amigos sabe tu secreto, ¿o si?.

Desvié la mirada, él tenia razón, confiaba en mis amigos pero por reglas de mis padres no podía confesarles lo que era, lo que éramos Maddi y yo, sus palabras me habían cortado el royo.

- Eso creí - soltó irónico - no tengo nada que perder, no soy tu.

Y nuevamente me dejo con la palabra en la boca, pero esta vez no lo deje, así que después de que Rhydian salto la baranda que dividía la carretera del paramo yo hice lo mismo, así es como una persecución a velocidad sobrehumana comenzó.

Corríamos por sobre las hojas y ramas secas que cubrían el suelo, por entre los albores, sintiendo el aire golpear nuestros rostros revolviendo nuestras cabelleras. Pero de un momento a otro le había perdido de vista, mire a todos lados pero no habían señales de que él hubiese ido por ahí.

You Rock My World || WolfBlood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora