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Dejando de lado lo que había pasado con la silvestre, me auto convencí que ese seria un problema para después y que por el momento debía confiar que no haría nada que comprometiera a mi familia y el secreto. Debía concentrarme en el problema principal actual; la muy próxima transformación de Maddy.

Había estado evitando a todos, literalmente, además de que estaba muy sensible, nerviosa y no parecía tener mucho control de sus propias extremidades, comprendía cómo se sentía, pero el que no quisiera decirle a nuestros padres está haciéndola muy difícil de soportar.

— Dime qué yo no estaba así cuando me paso esta situación — quise saber con cansancio dejándome caer sobre su cama.

— No — respondió de mala gana — se siente raro.

— ¿Cómo raro? — le mire — ¿Raro de que es algo nuevo o raro, raro?.

— Raro, raro — deja su laptop y gira a mirarme — no creo que se deba sentir así.

— Mads, estás colocándote mucha presión a ti misma — me levanto y camino hacia ella — estamos por presentar los exámenes y te has esforzado mucho por conseguir una buena nota, pero luna llena también está a la vuelta de la esquina — la tomo de los hombros — ¿Por qué no le dices a nuestros padres?.

— Porque van a querer que me quede en casa — aleja mis manos y se coloca de pie — tú estuviste medio mes en estas paredes, yo siento que me volveré loca.

— Es por nuestra seguridad — quise hacerla entrar en razón.

—  Me esforcé demasiado, no lo voy hacer —  se cruza de brazos. 

—  ¡¿Porque no?! — me frustre — ¿Sabes todas las cosas que podrían salir mal si no dices nada? — suspire — además, ellos tarde o temprano se darán cuenta, no son tontos.

— Bueno si ese es el caso —  tomo sus apuntes —  que sea después de los exámenes — y técnicamente huyo de la habitación.

Suspire con cansancio al mismo tiempo que me dejaba caer a la cama nuevamente y colocaba una almohada sobre mi rostro. No pasa ni media hora cuando escuche gritos en la parte de abajo. Rápidamente me coloqué de pie y en una exhalación ya me encontraba en la cocina donde mi familia se encontraba en una esquina mirando con terror y enojo la llama que emergía de la sartén en la mesa. 

Ver esa caliente fuente de luz me hizo entrar en pánico, por lo que mis sentidos se activaron de forma automática y en menos de lo que me di cuenta ya me encontraba gruñéndole estando escondida en una esquina de la pared en las escaleras.

— ¡Dan, _____! —  escuche a mamá mientras me miraba preocupada — ¡cúbrelo!.

Papá se levantó y con una velocidad impresionante con un trapo cubrió la sartén apagando la llama para luego ir a donde estaba yo y abrazarme reconfortándome. Ayudándome a colocarme de pie, aun siendo rodeado por los protectores brazos de mi padre nos acercamos a donde mi madre y mi hermana, quienes aun con la respiración agitada nos miraron y abrazaron, en señal de que todo estaba bien ahora.

— Tal vez estarás mas a salvo en la escuela —  escuché a mamá decirle a Maddy.

Eso significaba que ellos ya sabían del malestar de mi hermana, entonces ya todo estaba verdaderamente bien. 

Luego de lo sucedido en la cocina, ninguno quiso volver a poner un pie ahí, así que los adultos optaron por comprar algo ya hecho y salieron a por el, dejándonos solas a Maddy y a mi.

— ¿Y bien? — pregunte.

— Se dieron cuenta —  respondió —  y no pude no decirles, mamá me miro con esa mirada.

You Rock My World || WolfBlood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora