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La mañana siguiente Maddy había ido a donde Shannon para asegurarse del estado de la chica, el día anterior estaba realmente mal, inclusive creíamos que durante el resto de la tarde se había deprimido, no nos gustaba que por culpa de unos idiotas ella este pasándola horrible, a si que si ese fue el caso, luego me ajustaría cuentas con ellos. 

Mientras mi hermana hacia eso, yo fui en busca de Rhydian, mamá había estado insistiendo en que le invitáramos desde el día anterior y hoy por la mañana estuvo muy pesadita repitiéndolo cada que nos pasaba aun lado, supongo que si queríamos ahorrarnos la invasión de privacidad por la líder hembra de la manada, debíamos obedecer. 

Había tenido la mala suerte de no haber encontrado a Rhydian antes de que iniciaran las primeras clases, y en la hora de descanso él había sido de los primeros en dejar el salon, así que después de quedar con Maddy y los demás para comer juntos en la habitación oscura, fui en busca del rubio. 

No fue difícil encontrarlo, no había ninguna otra persona en este pueblo con aquel peculiar olor a piña mas que él, estaba en la fila para coger el almuerzo y se veía demasiado inquieto, me hacer que a él quedando a un costado.

—  Hola — salude picando su brazo para llamar su atención.

El chico giro haberme mostrando un leve sonrisa para luego regresar su vista al frente.

— ¿Todo bien? — pregunto distraído.

—  Siento mucho lo de la tarjeta de memoria — me disculpe — hiciste bien en llevártela. 

— Si  — murmuro lamiéndose los labios con ansiedad — lo sabia. 

Vale, era ahora o nunca. Mire a los lados y vi que nadie nos observaba, no era la gran cosa lo que iba hacer, pero no todos los días invitas a alguien a casa del sexo opuesto sin que alguien lo malinterprete. 

—  ¿Quieres venir esta noche a cenar? — pregunte — mis padres quieren hablarnos sobre — mire a los lados nerviosa — transformarnos con seguridad. 

Él no dijo nada, ni siquiera se digno a mirarme así que supuse, esperaba una mejor explicación, después de todo el quería mantenerse ajeno a las relaciones de manada, lo había dejado claro aquel día en el bosque donde regresamos juntos a casa. 

— Se que es realmente vergonzoso — suspire — debemos cambiar el modo. 

Tome levemente su antebrazo llamando su atención, lo conseguí, pero solo por una fracción de segundos. 

— Cambia el modo, si  — repitió sonriendo levemente.

Sus sonrisas parecían mas unas muecas forzadas, y constantemente miraba hacia la barra de comida, como si estuviera ansioso o insatisfecho por lo que había al frente, además de que para nada me había estado prestando atención. 

—  Y cuando cambies, mi madre y Maddy te trenzarán con un listón y yo tomare fotos — hable seria.

— Genial   — me miro sonriendo.

Eso comprobaba mi teoría.

— ¡Ni siquiera me estas escuchando!  — proteste molesta mientras golpeaba su brazo con mi puño.

— Lo siento   — se disculpo borrando su sonrisa mientras se sobaba el lugar donde le había golpeado — pero, ¿Sabes que servirán?. 

Su expresión de inquietud acompañado de tristeza me hizo tomar en serio su pregunta, ambos miramos hacia la barra donde seguían sirviendo la comida mientras la fila avanzaba y nos acercábamos. 

—  Creo que el miércoles es vegetariano — respondí captando el olor de las verduras hervidas a la distancia. 

Rhydian suspiró molesto y desilusionado mientras desviaba la mirada del frente, al regresar su mirada paso el peso de su cuerpo de su pierna derecha a la izquierda mientras aun se sentía desilusionado, vale eso ya me parecía muy raro, pero una idea brillo en mi cabeza cual foco recién prendido.

You Rock My World || WolfBlood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora