Capítulo 40 ~ Una tacita de café~

15 3 0
                                    


Le había enviado mi escrito a Ivanna para que lo revisara y diera el visto bueno para publicarlo en la página de la organización. Ella lo había aprobado y, hace unos minutos, se había publicado en el blog. Ya estaba dentro, y estaba viendo cómo había quedado, y admirando lo hermoso y orgullosa que estaba de que se encontrara ahí jeje.  


Cerré mi laptop y decidí prepararme para salir a correr y aprovechar la luz del día para poder admirar toda la belleza que se encuentra en este lugar. Estuve corriendo alrededor de 1 hora hasta que decidí volver a la casa. Una vez llegué y entré,  llamé a mis abuelos pero nadie contestó, así que supuse que habían salido. Me dirigí al refri para tomar agua y en eso...

- Alanisse - escuché decir a una voz muy familiar que hizo que botara toda el agua que estaba tomando de la sorpresa. Y luego, lo vi aparecer 

- ¿Qué estas haciendo aquí!?

- Aw, ¿no es toda una sorpresa? - irrumpió mi abuela entrando a la cocina - Dice que viene a verte

- Abue, no sé si recuerdas a Nathan. Él estuvo en la fiesta de cumpleaños de mamá. - respondí tratando de ignorar su comentario 

- Ahhh, pero como olvidarlo. Claro! Ya sabía que te me hacías familiar - respondió mi abuelo - ¿Por qué no nos acompañas a desayunar? Tenemos café caliente.

- No, gracias abuelo. Él ya se va porque tenemos mucho de que hablar - y corrí hacia él para llevármelo fuera de ahí 

- Ay por favor, Lani. No seas descortés con la visita. Invítale algo de comer - respondió mi abuela

- No hace falta, porque ya nos vamos. ¿No es así? - dije a regañadientes a Nathan, y enviándole una mirada amenazante para que entendiera la indirecta y me apoyara en lo que estaba diciendo

- De hecho, señora Bennet, sí le acepto esa tacita de café - e inmediatamente mi abuela gritó de la emoción, mientras Nate me rodeaba para arrimarse a la mesa, lo cual me llenaba de cólera al ver el descaro con el que se atrevía a aceptarle algo a mi abuela.  

Después de un largo e incómodo desayuno, Nate y yo habíamos salido a caminar un rato

- ¿Cómo me encontraste?

- Tuve que sobornar a unas cuantas personas hasta que me dijeran donde te habías metido - y abrí la boca sorprendida 

- ¡Leah! - afirmé - ¿Cómo te atreves!? ¿Qué fue lo que te dijo!?

- Todo... - y en ese instante, temí por mi vida y lo que sería de mí ahora 

- ¿C-Cómo que todo? 

- Sí... De lo deprimida que te pusiste cuando te cancelé para la noche de películas, lo patán que había sido al dejarte plantada, y cómo eso había llevado a que te vinieras a la mitad del campo para alejarte de todo

- Nate, sobre eso,... quiero discúlp- y me interrumpió 

- No. Por favor. Yo soy el que tiene que disculparse. Perdóname de verdad, no cumplí a mi palabra y más importante, te decepcioné. Nunca lo pensé así y no fue mi intención lastimarte de esa manera. - y hubo un silencio prolongado 

- ¿Sabes?... Durante todo este tiempo que he estado aquí, he podido reflexionar más sobre el porque me sentí así en esa ocasión, y... he llegado a la conclusión de que, en realidad, no estaba enojada contigo y, que ese reclamo, no iba dirigido para ti. Esa situación, me transporto a la época en que estaba con mi ex y como siempre dejé que me pisoteara; y no solo eso, también con mi papá. En realidad, ese reclamo de haberme fallado y decepcionado otra vez, iba más dirigido hacia ellos que hacia ti. Nunca se los saqué en cara y ahora, que me pasó contigo, quise cargártelo todo a ti, cuando el problema viene de mucho antes. Y ahora lo sé. Ya sé porque me molesta tanto, y me dolió más ahora porque fue la gota que derramó el vaso de todas las veces que me aguanté, me callé y no dije nada - respondí cabizbaja 

Mi otra Primera Vez (Wattys 2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora