03/05/2019

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[33 días antes de la desaparición de Park Jongseong.]

Día Sábado - Semana 04 (Fin del primer mes)


Heeseung se encontraba echado en su cama mientras miraba fijamente el techo blanco de su habitación. Estaba recordando algunos acontecimientos que marcaron su vida a lo largo del tiempo, desde que llegó Eunbin a su vida, hasta el momento en que se enamoró de Jay.

Desde pequeño le había dicho a su madre que sentía atracción por los niños, aquello no había sido un problema para ella, que amaba a su hijo tal y como era. Su padrastro, gracias a Dios, era un hombre de mente abierta, que en vez de cuestionarle sus preferencias, lo abrazó, le recordó lo valioso que era y le repetía entre susurros cuánto lo amaba.

Nunca sentía pena de sus pensamientos y comportamiento habitual, era alguien muy orgulloso y pensaba todo a conciencia, no estaba acostumbrado a fallar y equivocarse. La lógica era propia de él, a pesar de que de niño era muy caprichoso y berrinchudo, cuando creció, fue aprendiendo a controlar sus emociones, porque era de la idea de que manteniendo equilibrados la mente y el corazón, tendría un mejor control sobre las situaciones y personas. 

Sin embargo, aquella estabilidad era arrebatada por Park Jongseong. El simple hecho de ver sus hermosos ojos o de escuchar su armoniosa voz, sus neuronas hacen corto circuito y actúa de manera irracional e impulsiva.

Dos toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

—Pase —se acomodó sobre el colchón, sentándose recto y arreglándose el cabello.

—Heeseung hyung, otra vez todos han salido y me dejaron solito —entró Jay lloriqueando.

A Lee se le erizó la piel al ver a su pequeño entrar con un pequeño short celeste y un polo corto blanco, mostrando su lisa y acanelada piel. Era notorio que recién despertaba, debido a que su cabello se veía alborotado y su cara hinchadita.

Un ángel precioso. 

—Tal vez si te despertaras más temprano, no te dejarían por acá solito.

Jay se subió sobre la cama y se acercó a su tío para echarse a su lado.

—Nunca me ha gustado despertar temprano, ya saben eso —puchereó —Pero ya que estamos, échate conmigo.

El mayor sonrió con ternura y se acostó al costado de Jay.

Sus hombros se rozaban apenas, aún no hacían el contacto físico al cual estaban acostumbrados. Al pasar de los días, aquello se iba haciendo poco recurrente, ya sea porque Heeseung evitaba estar mucho tiempo a sola con el menor o porque Jay se distraía estando con su novio. 

Pero muy en el fondo ambos extrañaban la cercanía contraria y el calor corporal del otro.

Habían veces en las que Park no podía dormir estando en los brazos de Sunghoon, era realmente cómodo y se sentía seguro, pero en su pecho se instalaba un sentimiento de añoranza, se sentía incompleto. Incluso lo había conversado una tarde con su pareja para que le ayudara a encontrar una solución.

"—Creo que es porque sientes culpa de manera inconsciente, amor —dijo mientras acariciaba sus oscuros cabellos.

Jay lo miró con el ceño fruncido.

—Pero si yo sé que no es culpa mía.

—Sí, lo sé, pero puede que muy dentro tuyo, en alguna parte de tu cabecita pienses que las cosas están así porque cada vez que tratan de arreglarlo, surge un problema nuevo.

Desaparecido ⇝Heejay⇜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora