Después de que la sangre corriera por mi dedo índice y cayera al papiro, aquel hombre acerco mi dedo a su boca chupando las pequeñas y escasas gotas que salían de allí.
Me tomó posesivamente de la cintura acercándome a su cuerpo chocando ambas anatomías entre sí. Solté un gemido por la brusquedad y por la iniciativa, no tenía idea de que me tomara de mi cintura y me apegara posesivamente a él.
-Comencemos - habló, ni siquiera pude pronunciar una palabra ya que sus labios tocaron los míos y empezó con un leve movimiento de entre ellos.
Sin resistencia, empecé a besarlo de la misma forma en que él lo hacía, ni idea de cuando ya no nos encontrábamos en aquel cuarto secreto y ahora estábamos en mi habitación. Aquel ser empezó a quitarme cada prenda de ropa que yo portaba mientras aún sus labios me besaban con posesión y desesperadamente.
Sus manos tocaban de arriba a abajo mi cintura desnuda ya que me encontraba solo en ropa interior y él solo en pantalones permitiendo que mis manos tocasen sus hombros y pecho desnudo. De pronto ahora ambos desnudos nos mirábamos a los ojos, un brillo peculiar pude observar a través de sus orbes negros.
Su tacto se sentía caliente, sus manos tocaron mis mejillas y cerré mis ojos por aquella sensación ardiente como si me estuviesen quemando mis mejillas. Ambos estábamos en la cama él encima de mi sin reposar todo su peso sobre mí, abrió mis piernas y me miró antes de bajar todo su cuerpo sobre mí.
Sentí como mis paredes vaginales fueron abiertas y una instrucción empezó a entrar en ella, gemí al sentir todo su grosor dentro de mí me quemaba con demasía por dentro. Gemi de dolor al sentir aquella sensación como si me estuvieran enterrando una daga encendida en fuego en mi interior, la palabra de soportar en todos los sentidos no lo estaba haciendo.
La primera embestida se hizo presente y mi cuerpo reaccionó al acto ocasionado por el hombre espiritual, gemí ahora no de dolor sino de placer lo cual me confundía. Mi cuerpo aceptaba todas sus caricias y acciones como si lo fuera sentido en mi vida pasada. Cómo podría sobrellevar los actos impuros cometidos por mi persona ahora mismo, no lo sabía y tampoco sabía cómo estaba soportando su toque ardiente en mi cuerpo como en mi interior.
-Todos se equivocan, cariño - habló mientras aceleraba el ritmo de sus embestidas, no entendía y no entendí sus palabras. Pareciera como si aquel ser me conociera de toda la vida y hacer esto ambos fuese de lo más normal para él -. Sal de la cueva.
-Ahg - mi espalda se arqueó al sentir la rudeza de su sexo entrar en mi interior, soltó aquella frase como si estuviese desesperado y ansioso. ¿Salir de la cueva, de cuál cueva?
-Ellos te mienten, ellos te tienen como su títere - susurro en mi oído mientras sus manos tomaban posesivamente mis caderas, cerré mis ojos e imágenes variadas estaban inundando mi cabeza -. ¡Ellos te están matando!.
Una pareja se encontraba entre las nubes pero una de ella había recibido una lanza dorada en su interior haciendo que perdiera todas sus fuerzas mientras que el otro se acercó al que estaba herido para tomarlo entre sus brazos y llorar juntos bajo la luz de la luna mientras que los presentes seguían en la guerra.
-Tu padre te está esperando.. - susurró para agarrar mi barbilla obligandome a qué lo mirase a sus ojos negros oscuros, ambos nos miramos con una conexión incomprensible para mí y una muy familiar para él -. Mientras que tú buscas respuestas ellos te están borrando de la existencia en el mundo de los vivientes.
-¿Qué?
-Tu sabes de qué estoy hablando, tu sabes tu pasado solo que aún no encuentras la última pieza faltante de tu rompecabezas - dijo, tomó mis dos manos entre las suyas y las subió a mi cabeza acorralando aquellas allí mientras su rostro se encontraba a escasos centímetros del mío -. La última pieza está en casa de tu abuelo y para terminar con tu búsqueda después de encajar cada pieza del rompecabezas te darás cuenta de algo muy peculiar que aún no has notado. Yo, Jeon Jungkook conocido como mefistófeles no dejaré perder lo que me pertenece - agregó, más confundida no podría estar pero lo que más me sorprendió fue que aquel ser al dar su última embestida beso mi cuello y parte de mi hombro para después encajar allí sus dientes creando un ardor en ese lugar.
-Mi padre.. ¿Dónde está? - pregunté un poco somnolienta al recibir su última embestida en mi haciéndome llegar al orgasmo más desgarrador que había tenido, al igual que dentro de mí sentía algo adentrarse que me quemaba pero me gustaba aquel ardor en mí.
-Para eso debes pagar más - dijo, me harté de sus jueguitos había tenido sexo con él para saber sobre mi y me dijo una miserableza para después escupirme en la cara de que debo pagar más -. Bromeó cariño, eso no me corresponde a mí solo estoy limitado a decir pocas cosas por seguridad. Además, si quieres un poco más de ayuda no olvides invocarme aunque siempre estaré aquí - señaló mi mente, después mi corazón y por último un rincón de mi habitación -. No creas que después de esto ya estarás libre de mi, aceptaste un contrato nupcial en el que cada una semana debes tener sexo conmigo para alimentarte.
-¿Qué significa eso? - pregunté confundida, cómo que debo tener sexo con él una vez a la semana para alimentarme eso no lo había leído en el contrato.
-Tengo tu alma cariño, si no tienes sexo conmigo tu débil carne se irá deteriorándose poco a poco hasta llegar a la muerte. Por suerte me invocaste a tiempo de que tú cuerpo hubiera colapsado - dijo mientras ahora salía de mi, me atrajo hacia él y empezó a acariciar mi cabello haciendo que mi cuerpo reaccione y reciba dichas caricias como si siempre me lo hubiera hecho él toda la vida.
-Pero no soy un íncubo.
¿Preparadas para lo que se aproxima?
Ahora sí que vendrán nuestros otros personajes a dar su papel elemental en el libro, ¿Ya se enteraron en qué lugar o donde está el padre de nuestra protagonista? Debe ser muy lógico, ¿No?
Listas para ver al angel caído que te incita a pecar y al arcángel que te incita a matar.
Yo sí.
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Bite Me
FanfictionMientras que en el mundo de los seres vivientes se mueve con normalidad, en el mundo espiritual siempre había una revolución entre ángeles y demonios. Las peleas nunca cesaban y siempre era removida aquella atmósfera, aunque los humanos carnales nun...