Mi carnada

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Hace no mucho Jay se encontraba mirando fijamente a su padre cuando de repente este soltó.

-Ve a organizar tus cosas, empiezas mañana mismo, no quiero distracciones, nada de novias, a lo que vamos Seong, quiero que lo encuentres-Hablaba firme su padre mientras Jay solo asintió escuchando al hombre- Haz que te tome confianza, se su amigo, y luego...Lo traes.

-Si...Si señor-Dijo Jay algo nervioso mirando a su padre con atención.

El señor se levanto despacio y a un paso firme se dirigió a su hijo, que no estaba no muy lejos de el, pues se encontraba con sus manos apoyadas sobre el escritorio de este, el hombre tomo a Jay de los hombros y lo miro a los ojos. Cada que hacia esto es porque venían frases de afirmación o comentarios importantes, en este caso, Jay no pudo descubrir cual de las dos era.

-Esto es un trabajo muy importante-Sonrió levemente de lado- Sera tu primera misión, estoy orgulloso de ti hijo, seras mi carnada...

-carnada? Oh...Si claro, no....No te fallare-Hablo firme con su mirada algo agachada-Pero..Para que lo quieres?

-Yo hago las preguntas aquí, ahora ve a tu cuarto porque quiero ver una mochila lista o dile a alguna sirvienta que te la organice-Hablo el hombre de manera firme y seria.

Jay paso saliva, pues de cierto modo le tenia miedo a su padre, este no le había hecho nada malo, nunca lo golpeo ni lo grito, de hecho, su vida siempre fue "perfecta", viendo como de pequeño su padre mataba a mujeres al azar por dinero. Pero nunca paso por problemas familiares, así que en realidad no sabia porque siempre sentía esa clase de temor y miedo constante cada que veía a los ojos a su padre. Quizás porque nunca tuvo un lazo de amor junto a el, pues toda su infancia se baso en violencia y muertes.

Park dejo de pensar en eso, asintió una ultima vez hacia su padre y luego salio de la biblioteca de el señor ocupado, como le decía el, como le dice desde que era un inmaduro de 7 años, siempre bautizo esa sala con ese nombre. Camino hacia su espaciosa y divina habitación, la cual estaba toda decorada de negro y decoraciones sobre la música, amaba la música, siempre la amo.

Jay podía tener un corazón frió y duro, pero nunca le gusto humillar a la gente, y aunque fuera millonario le gustaba valerse por si mismo, y arreglar una mochila no le costaba nada, así que lo hizo el mismo, empaco un par de cuadernos, libros, útiles escolares y una botella de agua, también dinero, el cual si se le perdía o le robaban no iba a ser nada para las ganancias de su padre. Cada útil que guardaba era de un material de alto costo, eso aturdía aveces a Park, no sabia que era vivir "normal".

-Quien sera ese tal Jungwon?-Dijo su nombre con algo de dificultad mientras guardaba los cuadernos con notante ira, aunque en realidad no estaba para nada enojado, solo estaba alterado.




-Jaywon-

-Jaywon-

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Judas - JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora