9. Lea nos sigue espiando

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¿Cariño? - escuché decir a Rosé.

No me di cuenta del tiempo que pasó. Estaba un poco mareada, había seguido bebiendo.

¿Estás ebria? - me preguntó poniendo cara de enojo.

No - le dije levantándome y accidentalmente botando el vaso vacío que estaba en mi regazo.

Estás completamente borracha y ni siquiera es medio día - se quejó acercándose para recoger lo que se me había caído - siéntate - me ordenó.

Amor, yo... - estaba intentando hilar una frase.

¿Dónde está Lea? - me preguntó poniendo una mano en su cintura.

Ese es el problema - le dije tirándome de nuevo en el sillón.

¿Qué pasó? - me preguntó sentándose a mi lado.

Le conté todo tal cual había pasado, sin omitir nada.

Quizás es mejor que yo me vaya por un tiempo - le dije parándome para servirme otro trago.

¡Estás loca! - gritó Rosé. Gritó tan fuete que me asustó y casi tiro el vaso - no me puedes dejar, no lo permitiré.

Amor - le dije volteándome.

No bebas más, hablaré con esa niña - me interrumpió quitándome el vaso para ella beberlo - ufff que fuerte y amargo, no sé cómo sueles beber esto - se quejó poniendo cara agria.

Es solo costumbre - le respondí riendo.

Mira lo que traje - me dijo cambiando de tema y sacando un pequeño frasco de su blusa.

¿Qué es eso? - le pregunté curiosa.

Con lo que me vas a embarazar - me respondió.

Pero si ni siquiera hemos empezado con las hormonas y todo eso - le dije preocupada.

La médico dijo que no basta con una vez, así que debemos empezar desde ahora y hacerlo muchas veces - me respondió. La miré perpleja - vamos a la pieza - me pidió. Le hice caso y la seguí.

Al entrar Rosé se fue al su closet.

Te explicaré como funciona - me dijo al volver. Traía un strapon en sus manos - ya puse el líquido dentro, cuando llegues al orgasmo aprietas este botón de aquí que está en las amarras, para soltarlo dentro de mí.

Todo sonaba muy sucio y erótico, lo que me provocaba mucho. El solo hecho de pensar que me iba a venir dentro de ella, aunque fuera de esa forma, me calentaba hasta la médula.

Cierra la boca - me dijo riendo. La cerré, estaba casi babeando.

Lo siento - le respondí. Me pasó el strap, así que me dirigí al baño para ponérmelo. Me costó un poco porque seguía ebria.

Salí del baño el strap oculto en mis pantalones. Intentaba taparlo con las manos, me daba vergüenza andar con un bulto colgante que no me pertenecía, pero disfrutaba mucho ponerlo dentro de Rosé.

Déjame verte, saca las manos de ahí - me dijo Rosé riendo.

Me da vergüenza - le respondí tímidamente.

Amo cuando te pones así - me confesó - ven aquí - me ordenó desabrochando mis pantalones.

Le hice caso, me acerqué a la cama, me senté apoyando mi espalda en el respaldo, bajé un poco mis pantalones y ropa interior, y Rosé se subió en mis piernas.

Estoy sin bragas - me susurró sensualmente en mi oído. Subí su corta falda para verificar lo que me decía, era cierto. La agarré por la cintura y la acerqué a mi regazo - espera, no lo has lubricado aún - agregó empujándome desde los hombros.

Familia Park (Rosé y yo, 2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora