Naruto no podía creerlo, no, no puede ser verdad.
Estaba embarazado.
¡¿Qué diablos?!
Fue su primer pensamiento, pero todos saben que primero es la negación, después enojarse, no poder creerlo y al final la aceptación.
¡JA!
Ojalá Sasuke llegue de su misión cuando este en la etapa del enojo, porque por su sangre lo haría sufrir, ese idiota tuvo razón.
Pero algo le huele a gato encerrado, no mucho mejor: a zorro encerrado.
—¡Tú, zorro hijo de tu madre! —gritó Naruto apareciendo en su espacio mental.
—¿Qué pasó, mi querido cachorro? —el zorro fingía descaradamente.
—Nada mi querido amigo, pero no sabes de casualidad. ¿Cómo quedé embarazado? —el rubio hablaba tan tranquilo que el zorro tuvo algo de miedo. Si algo, no tanto como era en realidad.
—¿Estas embarazado? —Kurama fingió estar sorprendido —Pues déjame felicitarte, mi cachorro.
Al terminar la frase el zorro tuvo que moverse para esquivar el ransengan. Que muy veloz se dirigía hacia él.
—¿Cómo diablos lo lograste? —el rubio preguntó intentando calmarse, pero aún mantenía un brillo asesino en sus ojos azules.
—Chakra, cree un útero y un vientre de sólo chakra —el zorro no sabia si continuar —. Pero tendrás unos efectos secundarios.
—¿Qué efectos secundarios? —el rubio preguntó con una ceja alzada.
—Tendrás rasgos más femeninos —Kurama habló tan rápido que si no fuera por que Naruto tenía los sentidos más agudizados no hubiera escuchado.
—¡¿Qué tendré qué?! —Naruto gritó alterado. Y en su mano brillaba un gigante razengan.
Kurama esquivaba uno tras otro y Naruto no parecía cansarse con todos lo que mandaba. Pero como se cansaria si ese chico sudaba chakra.
—Ven acá, zorro pulgoso —Naruto seguía muy enojado y ahora lanzaba biju-damas.
«En nombre del Chakra. ¿Cuándo aprendió a lanzarlos sin estar en modo biju?»
—Cachorro, seamos civilizados, ¿si? —Pidió el zorro.
—Está bien, Kurama, está bien —el rubio volvió a estar de pie a unos metros del zorro gigante.
—Serás papá. Se que te alegra y también al Uchiha, cachorro, yo he escuchado cuanto pedías en llanto una familia. Y ahora puedes tener una, puedes tener un hijo con tu adorado Uchiha —ante lo último el zorro rodó los ojos, pero se mantenía sereno.
Naruto sintió sus ojos humedecer, Kurama le estaba dando un gran regalo, sonriendo con tantas ganas salto a abrazar a su zorro personal, quien lo recibió gustoso.
—Solo debes pensar como decirle al Uchiha, cachorro —opino el zorro acomodando al rubio en su lomo.
—Tengo una idea, Kurama, tengo una idea —la sonrisa del rubio hizo sonreír al zorro también.
Y ahí se quedaron dormidos, con el rubio sobre el zorro y usando sus colas como mantas. Kurama gustoso de tener a su cachorro se durmió en minutos.