𝖤𝗑𝗉𝗂𝗋𝖾𝖽² › 𝙝𝙚𝙚𝙨𝙪𝙣

02. ¿Volver?

— Sé lo que significa pero, necesito que lo digas — murmuró Sunoo.

      Heeseung se alejó dándole la espalda y abrió la toalla en su cadera, como advertencia giró su rostro haciendo una pausa antes de hablar, por lo que Sunoo se giró inmediatamente al verlo. 

— No puedo, le prometí a Jungwon que no haría nada — le oyó decir.

      Su boca se abrió sorprendido. ¿Jungwon lo sabía? ¿Y qué es lo que sabía exactamente?

— ¿Jungwon? ¿De qué hablas? — preguntó, solo escuchando los movimientos de Heeseung a su espalda.

— El anillo está ahí por una razón Sunoo, pero no puedo hacer nada porque le prometí a Jungwon que no me acercaría a ti.

— ¿Él te hizo prometer eso? — cuestionó incrédulo.

— Porque piensa que puedo hacerte daño de nuevo — hizo una pausa antes de hablar de nuevo — ya puedes girarte.

      Sunoo se dio la vuelta y lo vio por fin con sus pantalones puestos, a excepción de la camiseta que aún seguía en su mano, pero sintió alivio y molestia al mismo tiempo. ¿Por qué Jungwon le había pedido eso? Le molestaba porque se sentía como si hubiese tomado una decisión en su lugar, pero le aliviaba porque a Heeseung si le importaba después de todo y ese anillo al parecer no era un juego.

— Gracias por preguntar al fin, el anillo solo era una señal — confesó el mayor.

      Los pies de Sunoo comenzaron a moverse hacia él nuevamente, casi inconscientes, por fin se sentía tranquilo.

— Tú... ¿Pensaste en mí después de todo este tiempo? — se atrevió a preguntar, intrigado.

— Claro que lo hice — admitió el pelinegro — jamás he dejado de quererte.

      Sunoo se detuvo frente a él a una distancia más corta de la que se había dado cuenta, el aroma a jabón de baño llegó hasta su nariz, y al mismo tiempo pudo reconocer el suave aroma de la piel de Heeseung que ya había olvidado con el paso del tiempo. La sensación en su estómago creció al instante.

— ¿No harás nada porque Jungwon te lo pidió? — preguntó nuevamente.

— Le di mi palabra, aunque... — el mayor pasó su vista desde los ojos de Sunoo hasta sus labios sin poder evitarlo — ...ya te enteraste.

      Heeseung se mantenía en su lugar, sin hacer un solo movimiento, aunque por dentro se moría de ganas de tocarlo, de besar esos labios tan tentadores. No había coherencia entre su no actuar y sus sentimientos y pensamientos.