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— ¿Te has dado cuenta de que algo le sucede? — murmuró Jungwon.
Sus ojos miraban fijamente al mayor, sin embargo, en su rol de líder parecía estar a su altura, su voz era autoritaria a pesar de ser baja.
— No... — respondió, el ahora pelinegro.
— ¿No? Me he dado cuenta de cómo lo miras — inquirió el menor.
— ¿Quieres saber si Sunoo está bien o por qué lo miro como lo hago? No estoy entendiendo.
— ¿Entonces lo admites?
— No lo estoy admitiendo, estás imaginando cosas — Heeseung cruzó sus brazos sobre su pecho.
— Me da igual, sé lo que veo, y es por eso que voy a decirte esto — el mayor alzó una ceja al escuchar a Jungwon hablarle de esa manera, pero aún así lo escuchó atentamente. — Es mejor que no intentes nada con él.
— Jungwon...
— Promételo, te lo digo como líder y como amigo.
Jungwon esperó a que Heeseung dijera algo, por un instante parecía querer protestar, pero lo estaría admitiendo si lo hiciera. Heeseung ni siquiera se sentía listo para admitírselo a sí mismo como para hacerlo con alguien más, y aún así había sido atrapado en el momento exacto donde sus pensamientos estaban perdidos en Sunoo ¿Cómo no fue capaz de controlarse? Sin embargo, se rindió bajando sus brazos y suspiró.
— Bien, lo prometo — dijo, tratando de no sonar fastidiado.
— Una promesa es una promesa, hyung — insistió Jungwon.
— Ya lo sé, quédate tranquilo, no haré nada — Heeseung tomó la mano de Jungwon y la apretó, luego dio unas suaves palmadas en su nuca y se alejó.
En realidad, no sería tan difícil cumplir esa promesa, ya que ni siquiera había pensado en hacer algo porque Sunoo no parecía interesado en absoluto en él. Parecía como si lo hubiese olvidado y ahora viviera tranquilo con ello, aunque eso no era tan preocupante, lo que realmente le preocupaba a Heeseung era que de pronto se sentía increíblemente atraído por Sunoo.
Otra vez.
Recordó aquella vez cuando entró a la habitación con prisa y sin llamar a la puerta porque pensaba que no había nadie, pensaba que Sunoo estaba con Jungwon y Jay en algún lado, pero cuando abrió se encontró a Sunoo de torso desnudo, pudo verlo fugazmente antes de que Sunoo se cubriera sobresaltado.
— ¡Hyung, debes llamar antes de entrar! — La voz nerviosa y molesta de Sunoo lo había hecho girarse rápidamente para salir de nuevo, sin siquiera pedir disculpas.
No había podido decir nada porque en su mente quedó la imagen de un cuerpo hermoso, desarrollado y cuidado, su piel tenía un aspecto tan suave y pálido y sus pezones rosados haciendo un contraste demasiado atractivo para él, sus hombros anchos y marcados, con deliciosas clavículas que sobresalían ¿Cómo era posible? Sunoo odiaba ejercitarse, pero tenía un cuerpo hermoso. Solo pensar en ello y en las cosas que habían hecho en el pasado, le habían traído un problema que tuvo que solucionar en el baño. Y desde ese entonces pensaba en él con frecuencia, no solo por su atractivo y lo que le había ocasionado verlo, habían despertado sentimientos que pensó estaban bien escondidos en la caja de pandora de su corazón.
Lo echó de menos porque recordó todos aquellos lindos momentos que pasaron juntos, dormir con él prácticamente todos los días, querer a alguien y saber que también era querido de esa manera romántica... quería eso de nuevo, pero era difícil. Y de pronto, había sido sorprendido por Jungwon y se dio cuenta de lo obvio que estaba siendo, o quizás para Jungwon lo era porque él y Jay sabían casi todo. Aunque de todos modos ya no importaba, se lo prometió a Jungwon y debía cumplir con ello así que no se acercaría a Sunoo ni intentaría hacer nada.
Pero...
¿Y si Sunoo se acerca a él? No estaría faltando a su palabra... ¿Verdad?
Entonces, sólo tendría que atraerlo y hacer cosas que hagan a Sunoo ponerle toda su atención, y ya tenía un plan para ello. Había un objeto muy especial entre ellos dos que podía decir mucho solo con verlo.
