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Sunoo se hallaba inmóvil bajo la mirada seria de Heeseung, y una divertida de Jay, quien abrazaba a Heeseung por la espalda dándole palmaditas para calmarlo.
Mientras tanto, los brazos de Sunghoon rodeaban la cintura de Sunoo y su cabeza reposaba en su pecho.
— ¿Cómo sucedió esto? — preguntó Jay.
— ¿Por qué me preguntas a mi? Acabo de despertar y estoy igual de sorprendido que ustedes — se excusó el menor.
— Oye, Sunghoon-ah, levántate — Jay le movió el hombro al pálido.
Sunghoon abrió sus ojos y levantó su cabeza mirando a Jay y a Heeseung, y luego a Sunoo.
— Ahhh, buenos días — jadeó estirándose.
— ¿Qué quieres decir con buenos días? ¿Por qué estás en mi cama? — cuestionó Sunoo, apartándose un poco.
— Ah, perdón, anoche nos quedamos jugando con Jake y bebí demás, me confundí de cama — explicó Sunghoon poniéndose de pie y caminando hacia la puerta de la habitación. — Dios, mi cabeza.
— ¿Por qué actúa como si nada? — bufó Heeseung cuando ya lo había perdido de vista.
— ¿Estás celoso? ¿En serio? — murmuró Jay.
— ¿Y qué si lo estoy? — Sunoo sonrió al oírlo — No me gusta esa confianza que se tienen. — Heeseung miró mal a Sunoo.
— Tal vez no habría sido así de cercano con él si no te hubieses alejado — se defendió Sunoo cruzándose de brazos.
— ¿Me estás recriminando el pasado?
— Ya basta de peleas — Jay alzó un poco su voz.
— ¿Quiénes pelean? — balbuceó Jungwon, entrando en la habitación mientras se cepillaba los dientes.
— Estos dos, ya estoy harto de cuidar de un viejo — se refirió a Heeseung y este lo miró mal.
Sunoo soltó una risita.
— ¿Y ya hablaron? — inquirió Jungwon mirando a ambos.
— Apenas pasaron doce horas desde que lo dijiste, con suerte pude dormir — se defendió Sunoo.
— El tiempo se acaba — el líder tocó su muñeca dos veces como si señalará un reloj y se retiró de la habitación nuevamente.
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Sunoo retrocedió algunos pasos mientras Sunghoon se acercaba peligrosamente a él.
