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POV SUNI

Sentí cómo me movían el hombro. Abrí mis ojos con pesadez y me encontré con la cara de Ni-ki.

─ Vamos Suni, sino llegaremos tarde ─ Habló en un susurro. Yo asentí con la cabeza.

Tomé una ducha rápida, me puse el uniforme y bajé a desayunar.

─ Buenos días linda, ¿lista para tu primer día? ─ Me preguntó Jungwon mientras me acariciaba el pelo.

─ Ya sabes cuál es mi respuesta… No ─ Le respondí mientras suspiraba levemente.

Desayuné un té junto con unas tostadas que preparó Jungwon, y una vez terminé, subí a la habitación a coger mi mochila.

─ ¿Ya os váis? ─ Preguntó Jay con una voz ronca. Como me pilló desprevenida, me sobresalté.

─ Sí, nos vemos al medio día ─ Me despedí de él y bajé para reunirme con el japonés y el coreano.

El mánager nos llevó, y en menos de 15 minutos, ya estábamos en la puerta.

Cómo todavía faltaban unos minutos para que comiencen las clases, Ni-ki y Jungwon me dieron un recorrido por los pasillos y aulas, pero un timbre nos interrumpió haciendo señal de que ya iniciará la primera clase. El japonés y yo nos despedimos de Jungwon y nos fuimos a nuestra clase.

─ Al parecer tenemos a una alumna nueva… ─ Habló la profe captando la atención de todos los alumnos. ─ ¿Quieres presentarte? ─ Me preguntó mientras sonreía amablemente.

Me paré de mi lugar y miré alrededor, todos me estaban mirando fijamente.

─ Uhm… Hola ─ Hice una reverencia. ─ Me llamo Suni… Vengo de Australia, y… Espero llevarme bien con ustedes ─ Volví a hacer una reverencia y me senté en mi lugar de nuevo.

─ Bien, pues ahora sí, comencemos la clase ─ Inició la profesora.

Sinceramente, las dos primeras horas se me hicieron sumamente aburridas y largas, tener matemáticas a primera hora y luego química, es agotador.

Para la tercera hora nos dejaron tiempo libre, ya que el profesor no se presentó por asuntos personales, así Ni-ki aprovechó y me siguió dando el tour por todo el Instituto.

─ Esta es la sala de música, sé que está un tanto aislada de las aulas, pero al parecer el director no tenía otro mejor lugar ─ Rió el japonés, yo hice lo mismo.

─ Por cierto ─ Interrumpí a este. ─ ¿Traes dinero? ─ Le pregunté mientras hacía ojitos de cachorro.

─ No te compraré nada, hubieras traído tu dinero ─ Me respondió mientras miraba para otro lado.

─ Por favor, sólo por hoy, no sabía que había máquinas expendedoras ─ Dije cabizbajo.

─ Está bien, pero en la hora del receso, todavía quedan 25 minutos ─ Replicó.

Y en esos 25 minutos, nos la pasamos charlando en el aula. Una vez pasó el tiempo, el timbre sonó y pudimos ver a un Jungwon curioso asomarse por la puerta de nuestra clase. Este nos saludó con la mano.

─ Si quieres yo te puedo prestar dinero, Suni ─ Se ofreció Jungwon.

─ Sí por favor, seguro y me deja pobre esta enana ─ Suspiro el japonés.

─ Oye, tampoco te pases ─ Le pegué suavemente en el hombro.

Y como dijo Jungwon, él me compró un jugo y yo se lo pagué con un abrazo, por el momento era lo único que tenía para pagarle.