Mi perfecto caos de mierda

El vestido

A la mañana siguiente me levanté a las 12pm. Cualquier otro sábado habría sido capaz de quedarme durmiendo hasta la hora de almorzar, pero ese día estaba algo nerviosa, y no pude dormir más.
Cogí el móvil. Ninguna notificación.
Abrí WhatsApp y entré en el chat de Mónica. Ayer no la había escrito, así que lo haría hoy.
-"Holaa"-le escribí- "Soy Leslie".
A los pocos minutos me llegó una notificación suya.
-"Holaaa", "Qué tal?"
Una pequeña sonrisa asomó en mi cara. Me llegó otra notificación.
-"Has pensado ya lo de la fiesta?🫣"
-"Siii!"-respondí- "Allí estaré, mándame la ubicación 😸"
Me acordé de Mateo.
-"Puede venir también un amigo?"
-"Pues claro!", "Te mando la ubicación, te veré allí 🫶😘"
Rapidamente escribí a Mateo.
"Mateooo! He hablado con Mónica, dice que puedes venir 😌. Ponte algo decente por una vez en tu vida jaja. Te mando la ubicación"
-"Qué tiene de malo mi chándal? Jajaja"

El resto del día se me hizo larguísimo, estaba ansiosa. Me había puesto un recordatorio a las 19:30, pero no me hacía falta porque no paraba de mirar la hora. Cuando por fin sonó la alarma, me levanté de un brinco del sofá y fui directamente a mi habitación. Miré por encima la ropa de mi armario, indecisa. Pensé en ponerme unos vaqueros y una camiseta ancha como siempre. No estaba convencida.
Cogí el móvil y llamé a Mateo.
-Hola, ¿estás listo?-dije un poco alterada.
-Sí, no me voy a poner nada especial. ¿Por qué?
-¿Te importaría venir a mi casa? Necesito tu opinión.
-Va, voy para allá.
Tras unos minutos de espera, sonó el timbre. Fui a abrir la puerta a la velocidad del rayo. Le agarré la mano a Mateo sin siquiera saludarle y lo llevé directo a mi habitación.
-Hola a ti también, Les.-dijo sarcásticamente.
-Sí, sí, hola. Ayúdame a decidir que ponerme.
Se rió, y fue a mirar la ropa de mi armario.
-La idea de ponerme la misma ropa ancha de siempre se me hace muy tentadora, pero a la vez, quiero impresionar a Mónica, aunque sé que no va a servir de nada, pero bueno. Entonces no sé qué ponerme.
-Relaja un poco bestia.-dijo entre risas- A ver que tenemos por aquí.
Observó mi armario durante unos segundos, y de repente, me miró con una sonrisa pícara.
-¡Este!
Lo miré sorprendida. Entre sus manos sostenía un vestido negro que me había comprado mi prima hace poco. Nunca lo había usado, era muy atrevido en mi opinión.
Al ver mi expresión, Mateo sonrió aún más.
-No me mires con esa cara, te quedará genial. Hay que sacar tu lado más putón en noches cómo está.- sentí como la sangre subir a mis mejillas. Me había puesto roja. Sonrió aún más.- Nunca se sabe lo que puede pasar... Y si quieres impresionar a Mónica...
-¡Está bien!- dije aún ruborizada, y agarre el vestido que sostenía entre sus manos.
Fui al baño y me lo puse. Al salir, aún sin estar convencida del todo, Mateo se me quedó mirando.
-Wow Les, te queda genial.- dijo mientras me miraba de arriba a abajo. Sonrió de nuevo.- Te lo dije.
Puse los ojos en blanco y ambos nos reímos.
Me puse las Vans de siempre, sin ningún complejo. Mateo me dijo que me pusiera tacones, pero no iba a pasar ese límite, bastante tenía con el vestido.
Sin decir una palabra, Mateo se dirigió al baño, y tras varios minutos, salió con algo entre las manos.
-Toma, échate un poco- me dijo mientras me daba mi rímel y mi rizador. Puse mala cara, pero accedí.- y ponte este perfume, huele muy bien.
Le hice caso.
Miré el reloj por última vez, las 20:30.
-Deberíamos salir ya.
Saludamos a mi madre y salimos.