Me levanté alrededor de las 14:00 horas. Miré el móvil. 5 mensajes de Mateo.
-"Hola Les", "Qué tal has dormido?", "Te encuentras mejor?" "Si necesitas algo, estoy aquí", "Te quiero".
No le contesté. Dejé de nuevo el móvil en la mesita de noche y me di la vuelta sobre mí misma, y me acurruqué entre las sábanas. Dejé escapar un largo suspiro. Lo de ayer fue demasiado. Pero la peor parte no me la había llevado yo... Pensé en Mónica.
Finalmente, me levanté de la cama. Me dirigí al baño, y me miré en el espejo. Aún tenía el rímel corrido por mis ojos y mejillas. Tenía los ojos rojos y la mirada cansada. Mi pelo tampoco ayudaba. Busqué desmaquillante y algodones para límpiame la cara. Me limpié como pude y me lave la cara. Me miré al espejo. Tenía muchas ojeras.
Volví a mi habitación y agarré el móvil de nuevo para contestar a Mateo.
-"Estoy bien, tranquilo"-le contesté.
Dejé el móvil de nuevo.
Agarré lo primero que encontré en mi armario y me fui a duchar. Puse el agua caliente y me quité la ropa. Me metí en la ducha con delicadeza y me sitúe debajo de la alcachofa. Cerré los ojos y dejé que el agua callera por mi cuerpo. Cogí aire y me relajé bajo el agua caliente. Tras poco más de media hora, salí de la ducha.
Mis padres no estaban en casa, así que bajé a prepararme el almuerzo. Mi madre me había dejado en la nevera unas lentejas del día anterior para calentarlas en el microondas.
Después de comer volví a agarrar el móvil, y Mateo me había vuelto a escribir.
-"Está bien, pero me gustaría verte", "Puedo ir a tu casa?"
No sabía que decirle, ya que no podía contarle lo que había pasado, pero decidí dejar que viniera.
Al cabo de media hora, sonó el timbre. Al salir vi a Mateo esperándome. Nos abrazamos y entramos a casa.
-¿Quieres jugar a la play?- le pregunté.
-Claro, ¿qué pregunta es esa? Ya sabes que sí- me contestó. Ambos nos reímos.
Jugamos durante poco más de una hora y charlamos sobre una película que se había visto. No sacó el tema de la fiesta, aunque sabía que lo estaba pensando. Me miraba todo el rato, como intentando analizar mis emociones. Sabía lo que hacía, y entendía que quisiera que estuviese bien, pero por momentos me empezó a poner nerviosa.
-Oye Mateo- dije- Sé que sigues preocupado, pero estoy bien, solo fue... Se me junto el estrés y la gente me estaba poniendo de los nervios, es todo.- mentí.
Me miró con una mirada desafiante y las cejas en alto.
-¿Seguro? No te creo
-¡Ay! Que sí, que solo fue eso.-puse los ojos en blanco.
-Bueno vale...- contestó sin terminar de creerme.
Por una parte, quería contarle la verdad de lo que había pasado, desahogarme y aclarar mis ideas, pero por otra parte, todavía no entendía del todo la situación de Mónica, y no iba a cometer el enorme error de contarlo sin hablar con ella primero. No sabía cuándo, y tampoco era la idea que más me entusiasmaba, pero tenía que hablar con ella. Tragué saliva y cogí una gran bocanada de aire. Suspiré levemente y sonreí para que Mateo no dijera nada. Agarré mi móvil y puse "The weekend". Ambos empezamos a cantar la canción que estaba sonando, y no volvimos a hablar más del tema.
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Mi perfecto caos de mierda
RomanceLeslie es una adolescente bi. Su vida es bastante desastrosa, y su vida amorosa lo es aún más 🤭