Mi perfecto caos de mierda

La estúpida fiesta

Después de la clase de filosofía, Mónica y yo seguimos hablando durante un rato. Normalmente no me gustaba mucho hablar con la gente, pero era muy agradable hablar con ella.
-¿Vas a hacer algo mañana por la noche?- me preguntó.
-¿Estar en mi casa todo el día como una antisocial cuenta como algo?- dije con toda la sinceridad. No tenía pensado hacer nada más, jugaría a la consola un rato con Mateo y luego vería una película.
Se rió. Me la quedé mirando con una sonrisa tonta, aunque no entendía por qué se reía, me gustaba verla reír.
-¡Claro que no!- dijo entre risas.- Me refería a si tenías algún plan, si ibas a salir. Hay una fiesta en la casa de unos conocidos y me han dicho que invite a quien quiera.
Me sonrió esperando una respuesta. Me rasque el cuello un poco incómoda, no me gustaban mucho las fiestas.
-Entonces, ¿te apetece venir? Creo que será divertido.
-Mmm... Es que, no soy mucho de fiestas, no me gusta la gente, ni el ruido, y una fiesta, bueno, es una combinación de las dos.- me reí levemente después de está última frase.
-No te preocupes, será algo tranquilo, un par de amigos, no más. Si no te apetece no hace falta, pero creo que sería divertido. ¿Qué opinas?
-Bueno, me lo voy a pensar.- seguía sin convencerme el plan pero por ser ella, tal vez hacia una excepción.
-Vale.- dijo sonriente- Si al final vas, avísame. ¿Tienes mi número?
-Mmm, no, me parece que no.- claro que no lo tenía, no tenía el valor de pedírselo.
-Deja que te lo anoto.- cogió mi móvil y escribió una combinación de números.- Ya está. Ya no tienes excusa para no hablar conmigo.- Me sonrió por última vez antes de despedirse y entrar en un aula.
La saludé con la mano y me fui hasta mi clase.

Ese día había sido diferente. Nunca imaginé que me fuera a pedir que vaya a una fiesta. A mí, ¿por qué a mí?
Me conecté a la play. Mateo también estaba conectado. Lo saludé y nos pusimos a jugar.
-¡Leslie!-dijo al acabar la partida-¿Qué te pasa? ¡Hemos perdido todas las partidas! Oye, ¿te pasa algo?
Me recosté en la cama dejando escapar un gran suspiro. Había estado distraída desde la clase de filosofía.
-Dejame adivinar... Estás empanada pensando en Mónica.
Ante mí silencio se rió.
-!Lo sabía! Estás muy obsesionada.- dijo entre risas.
-¡No lo estoy! Además, yo no te he dicho que estuviera pensando en ella, te lo has inventado tú.-dije avergonzada.
-¿Estabas pensando en ella?-dijo más serio que antes.
-...si.-dije en voz baja.
Se volvió a reír.
-Vale, está bien, pero en mi defensa déjame decirte que estaba pensando en ella porque me ha invitado a una estúpida fiesta y no sé qué hacer.- solté una gran bocanada de aire.
Dejó de reírse.
-¡¿Enserio?!-preguntó confundido.
-¡Si! ¡No me gustan la fiestas! ¡Lo sabe todo el mundo! Pero siendo ella no sé qué hacer... Aaaaaahhhhh
-Joder Leslie, te lo juro que eres tonta.- se rió- ¡No sé ni por qué lo dudas! ¡Dile que sí!
-Ufffff... No sé...
-Venga tía, no me seas estúpida, llevas obsesionada con ella todo el trimestre, y cuando tienes una oportunidad, ¿no la aprovechas? En las fiestas pasa de todo, tal vez pase algo entre vosotras...
Me sonrojé y me escondí detrás de mí almohada. Volví a suspirar.
-Que va Mateo, todo el mundo sabe que es hetero, nunca pasaría algo entre nosotras. Además, si no lo fuera, ¿por qué le gustaría yo? Somos totalmente diferentes, ¡polos opuestos! Soy aburrida y antisocial.
-¡Dios mío! Enserio, sobrepienses demasiado. Si tiene que pasar algo, va a pasar, y si no, ya encontrarás a alguien más. No tienes que preocuparte tanto, solo, ve a la fiesta, ¿de acuerdo?
Solté un largo suspiro.
-Está bien...-dije finalmente.
-¡Bien! Ahora consígueme hueco a mí, no me pierdo una fiesta ni loco.- ambos nos reímos.
-Le preguntaré si puedes ir.
-Bien, avísame.
Ambos nos desconectamos.