Te vi por ahí.

132 5 0
                                    

El discurso de Ivanna había movido mis entrañas, ¿por qué no era capaz de pensar en otra cosa que no fuese el trabajo? Simple, crecí con la creencia de que literalmente debía trabajar para conseguir lo mínimo. Y hasta cierto punto es verdad, pero me inculcaron que cualquier persona sería una distracción de mi objetivo, que era hacer suficiente dinero para vivir.

No salía a fiestas, no comía fuera de mi casa —solo una vez al mes, con Lexie—, no compraba nada que no fuese estrictamente necesario y no destinaba dinero para gustos personales como maquillaje o caprichos. Trabajaba desde los dieciséis años y siempre había sido así. No recordaba la última vez que había comprado alguna prenda de vestir porque mi cuerpo no había cambiado en cuanto a contextura en los últimos años, así que seguía teniendo ropa de cuando estaba en mi early teenager era. No veía necesario cambiar mi closet. Tenía todo perfectamente calculado, sabía cuántos tampones usaba cuando tenía la menstruación, sabía para cuántas comidas me alcanzaba un kilo de arroz y así con todo, todo lo contaba y todo lo planeaba.

Mis amigas —Lexie, y ahora las chicas de la estética— decían que estaba bien ahorrar, por supuesto que lo estaba, pero no estaba mal que gastara en mi, teniendo en cuenta de que si me gustaba regalar y podía gastar dinero en otros sin problema, menos en mi, que amaba los regalos.

Declan iba manejando y Lauren de copiloto, atrás íbamos Mason y yo, una canción de Beyonce sonaba y todos estaban cantándola, yo me había encerrado en mis pensamientos desde que Ivanna había dicho lo que dijo.

—¿Qué sucede? —preguntó Mason en voz baja.

Mason era además de guapo, atractivo. Era divertido y extrovertido. Nunca estaba callado pero no era molesto. Y cuando tocó mi mano no sentí ganas de arrancármela. De verdad, era trascendental. Amaba a los niños y cuando tenía que ser serio, lo era. Le gustaba lo que hacía, así que lo hacía con pasión e intentaba superarse cada vez...

—¿Qué tan confiable eres? Ten en cuenta la autocrítica. —le dije.

Sus ojos me vieron fijamente, no tenían ni una pizca de vacilación. —Depende de que tanta confianza necesites de mi. No me gusta compartir mi vida privada con gente desconocida, soy desconfiado en ese aspecto, no meteré mis manos al fuego por nada ni nadie que no me importe lo suficiente. Pero soy una tumba y estoy ahí para todo el que lo necesite de mi. Incluso si es desconocido. No sé cómo explicarlo pero...

—Si, entiendo a qué te refieres. Yo también soy así. —dije y sonreí sin mostrar mis dientes. —Es sólo que antes de venir, una amiga me dijo algo que me dejó pensando.

—Ava, basta de sobrepensar, eres especial. Todos podemos percibirlo y tienes tanta buena vibra que no se necesita conocerte mucho para que todos quieran estar alrededor de ti —tomó mi mano suavemente. —No pienses tanto y vive el momento, acá. ¿Tienes una clienta mañana? cool, ahora estás camino a un entrenamiento de fútbol. ¿Debes llegar limpiando? genial, ahora estamos escuchando el último disco de Beyonce. —sonreí. —Sé que es difícil, pero también sé que lo lograrás.

Lo vi a los ojos, los cuales tenían ese marrón miel bastante adorable y su sonrisa era genuina. Asentí y le sonreí en respuesta, al final, tenía razón. Soltó mi mano y revisó su teléfono, volví la vista al frente y Declan estaba viéndome, mientras Lauren tecleaba en su teléfono. Declan conocía a Mason desde niños, o eso había leído por ahí, lo conocía mejor que nadie y desde que nos habíamos conocido el no había parado de verme, aunque nunca era una mirada la cual podría juntar en alguna categoría, se veía como si intentara descifrarme.

—Oigan, ¿Dónde dejaron a Jude? —dijo Mason, haciendo que Lauren le bajara a la música.

—Se quedó con mi madre. —respondió ella. —tenía días pidiéndome que se lo dejara.

Entrada Solo Para Bonitos || Mason MountDonde viven las historias. Descúbrelo ahora