El plan es el siguiente.

148 4 5
                                    

Mi departamento era pequeño, un monoambiente perfecto para mi. La razón por la que no vivía con mis padres era sencilla: no nos soportábamos si estábamos en la misma habitación y no porque no nos quisiéramos, era que simplemente no congeniábamos si estábamos en los mismos metros cuadrados.

A diferencia de mi abuela, nos llevábamos de maravilla y de hecho, la veía más que a mis padres, pero eso lo contaré después...

estaba en un segundo piso y mi ventana estaba frente a un parque, así que sentarme frente a mi ventana era una actividad que hacía diariamente y sin falta. Luego de comer, organizar y limpiar, tocaba eso. Limpiar era una actividad de todos los días también, el polvo, la suciedad y el desorden eran cosas intolerables para mi, además de que sentía que bichos caminaban por mi piel, la sensación de suciedad bajo mis pies me daba dentera. Todo un protocolo para estar acá.

Hice una ensalada de atún y lechuga y me senté al frente de la ventana, los niños amaban este parque porque tenía muchos mini cubículos donde podían jugar a gusto, además de que tenía un riachuelo mínimo donde alimentaban a los patitos que estaban por ahí. Simplemente adorable la zona.

mi teléfono vibró a mi lado, y la música que estaba sonando se paró, por lo que asumí que me estaban llamando, no tenía guardado el número pero terminaba en nueve, así que creí que era Mariah, aún no había guardado su número pero sabía que terminaba en nueve.

—Hola. —alargué la A, sonando alegre.

—Aw, sabía que ya me querías. —sonó su horrible voz.

—Ah, eres tú. —rodé los ojos aunque sabía que no podía verme. —¿Qué hay, Mason? —volví a comer mi ensalada y puse el teléfono en altavoz.

—Pues yo muy bien, ¿y tu?

—Estaba bien. —hice énfasis en el estaba. —Ya ahora no sé, no me gusta escuchar tu fea voz. —dije, aunque no estaba molesta. mi voz sonó divertida.

—No me mientas, Avita. Hasta acá puedo escuchar lo feliz que estás de escucharme.

Ignoré su comentario y volví a preguntar: —¿Sucede algo?

—¿Viste las noticias? —preguntó con tono serio, me quedé en un silencio que fue más ruidoso de lo que pensaba. —Ava, lo siento. Se fue muy lejos.

—Si, bastante lejos. —jugué con mis manos, pensando si decirle lo que tenía pensado.

—Mañana haré un post aclarando todo, mi manager dice que haga una rueda de prensa donde hablamos de fútbol y obviamente me preguntarán por eso.

—¿Por qué lo hiciste? —dije luego de unos segundos en silencio.

—¿Qué cosa?

—Todo...

—Quiero conocerte, Ava. Me caes bien y eres preciosa, además de que como pudiste leer en los artículos, me tienen como si fuese un desastre —sonreí. —Y no lo soy, quiero que crean que estoy estable emocionalmente, así no se meten con mis resultados en los partidos. —dijo tranquilo.

—Bueno, estaba pensando —no había vuelta atrás, lo diría todo. —Podríamos, mmm, cómo lo digo... Hacer una cortina de humo.

—¿A qué te refieres?

—Bien, seré directa —cerré fuerte los ojos y chasqueé la lengua. —Ambos nos necesitamos, tu me necesitas para que crean que sentaste cabeza y yo te necesito porque atraería clientas nuevas a mi agenda. —metí un último bocado de ensalada. —No tenemos que ser novios o algo así, con un par de fotos que tome la prensa, será suficiente.

Entrada Solo Para Bonitos || Mason MountDonde viven las historias. Descúbrelo ahora