Entrada Solo Para Bonitos || Mason Mount

Día del partido

Hoy nos preparábamos para el partido, Mason tenía para dormir y descansar toda la mañana y luego tenía que irse al estadio a la una de la tarde. En vez de literalmente dormir y descansar, decidimos que bajaríamos a la piscina del hotel. No queríamos salir para que la caminata no lo dejara exhausto ni para que nos encontraran en la calle y pudiera hacerse un revuelo, la costumbre de que Mason era mi novio y no el futbolista, a veces me hacía olvidar que había gente desconocida que le agradaba y querían conocerlo.

Yo me puse un traje de baño de dos piezas color rosado, mi piel naturalmente bronceada hacía resaltar un montón el color y además acentuaba mi cintura. Encima puse un vestido tejido largo color beige, Mason llevaba un short verde militar que combinó con una chemise blanca con franjas verdes igualmente, ambos nos pusimos nuestros lentes de sol y bajamos. El hotel era hermoso, no era ostentoso pero si era bastante costoso, el servicio era diez de diez y era lo suficientemente grande sin ser como una ciudad dentro de otra ciudad. El área de la piscina contaba con una piscina grande y honda y tenía otra para niños, mucho más pequeña, a unos metros de distancia se encontraba un área privada con un jacuzzi que podías alquilar si quisieras, así que decidimos que nos quedaríamos en esa zona.

Todo era de vidrio, la gente podía ver hacía nosotros y viceversa, pero al ser de mañana no había mucha gente en la piscina, más que todo parejas de ancianos. Tenía un mini bar con un chico atendiéndolo cuando lo necesitaras y también tenía unas mesas donde podías poner lo que desearas además de tu comida si llegaras a necesitarlo. Dejé mi bolso con mis cosas encima de la mesa y Mason puso su bolso en una silla, estábamos bastante relajados y era relativamente temprano así que podíamos disfrutar tranquilamente.

—¿Quieres tomarte algo? —dijo Mason mientras se quitaba la franela.

Lo vi de arriba a abajo, no dejaba de sorprenderme lo guapo de era.

—Un daikiri de parchita. —el asintió y llamó al chico.

Empezó a hacer el trago y yo me quité el vestido, Mason se acercó abrazándome por detrás, sonreí y el habló en mi oído.

—Ese traje de baño te queda muy bien. —besó mi cuello. —Aunque me gustas mucho más sin el. —sonreí y me volteé para quedar de frente a el y crucé mis brazos por su cuello.

—¿No te da vergüenza con el bartender? —susurré cerca de su boca, mientras lo veía a los ojos. Me divertía con la situación.

—¿Que mi novia sea la más guapa del mundo con y sin ropa? Para nada. —fingió desinterés para luego sonreír y dejarme un beso en los labios.

El chico me dió mi daikiri y me senté en el borde de la piscina a mojarme los pies, Mason se metió completamente y se quedó abrazado a mi pierna, parecía un perrito.

Transcurrió la mañana de la manera más tranquila posible, disfrutamos del jacuzzi y comimos divino. Italia nunca podría decepcionar gastronómicamente hablando. Puede que no te gustara algún sitio al que hayas ido pero la comida era buenísima.

Al dar las once de la mañana, decidimos que subiríamos a la habitación para dormir y descansar un poco, tenía que estar muy enfocado para el partido, sabía lo personal que era para el este partido porque su temporada con el Chelsea estaba siendo terrible y no sentía confianza en su talento.

Al entrar a la habitación, me encargué de organizar el reguero que habíamos dejado antes de salir y el desastre con el que llegamos.

—¡Déjalo así! Ya vendrán a limpiar. —dijo Mason y se pasó una mano por el pelo, demostrando desesperación.

—¿Qué dirá esa gente de nosotros? ¿Que somos unos desordenados asquerosos? —doblé el edredón que teníamos.

—Eres la única persona que conozco que limpia y ordena para que otra persona venga a limpiar y ordenar, no lo entiendo. —movió su cabeza en forma de reproche, pero sabía que estaba jugando. —Además, ni siquiera está tan desordenado, Ava. —tocaron la puerta de la habitación. —¿Ves? Acaban de llegar para limpiar.