Una chica que aparentaba ser mayor que los matones empujó al responsable de haberle puesto el pie a Jiseok.
El chico tropezó hacia atrás con el empujón, tardando unos segundos en recobrar el equilibrio.
—¿Disculpa? —el muchacho sonó ofendido.
La pelinegra parecía aún más ofendida, moviendo la cabeza en un gesto desafiante, haciendo que su cabello corto y negro se balanceara.
—Discúlpate tú. —dijo la chica, tratando de controlarse.
El chico soltó una risa que casi sonó como un ladrido.
—¿Quién te crees?
—¿Y tú quién te crees para empujar a este chico? —señaló con su mano hacia Jiseok, que seguía en el suelo.
El chico no respondió y se acercó hacia la chica para empujarla hacia atrás. Aunque ella no cayó, dio unos pasos hacia atrás hasta enderezarse de nuevo en sus tacones.
Formando una leve "o" con la boca y frunciendo el ceño, chasqueó la lengua en señal de ofensa.
—Oh, perra, ¿quieres pelear? —murmuró, mirando al chico.
Incluso Jiseok sintió miedo ante la mirada asesina que le lanzó la chica.
Sin contenerse mucho, la chica le propinó un limpio puñetazo en el ojo al chico, para luego pisar con fuerza y con la punta del tacón su pie, impidiéndole que se fuera hasta que finalmente lo soltó y escapó a toda prisa por el pasillo.
Los demás estudiantes miraron con temor antes de que la chica alzara sus manos, indicándoles que siguieran su camino.
Luego, se giró hacia Jiseok, quien seguía en el suelo con los ojos muy abiertos.
Por primera vez, notó que el rostro de esa chica le resultaba familiar.
—¿Estás bien? —preguntó suavemente, extendiendo una mano hacia él.
Jiseok simplemente asintió, tomando la mano que le ofrecía. La chica tiró de él con fuerza, haciendo que se levantara de un salto.
Rió al ver la expresión sorprendida del chico.
—¿Cómo te llamas?
Fue esa pregunta, su expresión, la forma en que ladeó ligeramente la cabeza, lo que permitió a Jiseok reconocer a Oh Seungmin en esa chica.
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