—¿Sabes que Hyeongjun puede moverse en el agua? —dijo Jooyeon.
¿Como un pez? —preguntó Seungmin.
El castaño lo miró con el ceño fruncido, Seungmin rió.
—Bien, bien, continúa.
—El fin de semana lo acompañé a una sesión de agua-terapia. Tienen una piscina, pequeña pero profunda, hecha para personas como Hyeongjun. El agua te llega hasta el cuello, pero puedes moverte perfectamente, y ayuda a la columna, que es el problema que tiene Junnie.
Seungmin asintió, vio la sonrisa de Jooyeon y supo que lo había disfrutado mucho más que solo acompañarlo en su terapia.
—¿Qué hicieron? —preguntó, a lo que Jooyeon alzó la vista, y tardó unos segundos en caer.
—¡No! No, no, no. —negó, con sus mejillas enrojecidas. —Nosotros no... hicimos eso.
Seungmin asintió, con una leve sonrisa.
—¿Y tú y Jiseok qué?
—Habla dormido. —dijo el rubio con una sonrisa, para confusión de Jooyeon. —Creo que nunca te explicamos su mudez... En resumen, Jiseok no puede hablar ni hacer ningún sonido de forma consciente, pero sí lo hace cuando está dormido, sin querer.
Jooyeon pensó por un momento, para luego asentir.
—Es raro, pero Jiseokkie siempre fue especial.
Seungmin asintió.
—Y... ¿Eso?
Se miraron en silencio por un momento, luego Seungmin negó.
—Tampoco. —dijo, bajo. —Igual, pensar en eso se siente raro. Conozco a Jiseok desde hace años y una parte de mí lo sigue viendo como el adorable niño que tengo que proteger... Y por más que sea mi novio y todo, lo quiero de una forma más amorosa, que sexual.
Jooyeon asintió.
—Con Hyeongjun me pasa algo parecido. —concordó. —Somos amigos desde niños y por el tema de su columna y todo eso... Es complicado.
Seungmin asintió.
—En ese sentido, Junnie es especial.
Jooyeon sonrió ampliamente.
—Claro que lo es.
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