El director comprendió completamente la decisión de ambos jóvenes de cambiarse de colegio, por más que quedara un trimestre para que terminara el ciclo.
A pesar de que estaba enojado con Jiseok por no haberle dicho nada, ya que el joven finalmente confesó que habían sido varias las golpizas, que no era la primera vez. Kim Jungsu ayudó a acelerar el cambio de escuela, recomendando una con orientación artística, cuyo director era amigo de él.
Según sus palabras, un hombre extravagante y apuesto llamado Goo Gunil.
A la semana, ambos chicos comenzaron de nuevo, en un lugar más verde, con gente tocando guitarras bajo los árboles, acompañados de otros que cantaban letras inventadas, más personas que hacían dibujos rápidos de cualquier cosa que llamara su atención.
Seungmin le había regalado un nuevo cuaderno a Jiseok, esta vez más bonito que el anterior, con tapa dura para que pueda escribir donde sea, y con su nombre grabado en la tapa para que el mundo supiera de quién era.
Seungmin recordó cómo había estado sonriendo todo el día, a pesar del dolor de su labio; sonrió hasta que se acostumbró a ese dolor, y le agradeció escribiendo en ese mismo cuaderno, siendo las primeras palabras "Gracias, hyung".
Jiseok palmeó el brazo de Seungmin, señalando en dirección a un chico tocando un saxofón, con un muchacho en silla de ruedas frente a él.
Seungmin sonrió al ver a Jiseok sonreír por eso, con el corazón algo dolido por el labio que no había terminado de sanar, por más que al chico no le doliera, a Seungmin sí.
Por decisión de Jiseok, se hicieron amigos de aquellos dos chicos primero.
El saxofonista se presentó como Lee Jooyeon, y el otro muchacho con corte de coco era Han Hyeongjun.
Seungmin se presentó por los dos, con algo de miedo al decir que Jiseok era mudo, pero los dos chicos no lo tomaron como si fuera una discapacidad, un problema, un error.
Por primera vez, Jiseok encontró a alguien más que Seungmin que lo trataba igual que el resto.
Para el final del día ya eran amigos, y hasta Jooyeon llegó a prestarle su saxofón a Jiseok, instrumento que el chico sopló muy fuerte y casi cae hacia atrás por lo aturdido del sonido, pero Seungmin se había apresurado a sostenerlo.
Eso provocó risas, porque Jiseok había sido muy adorable con su cara de susto.
A Seungmin se le seguía derritiendo el corazón cada vez que veía la risa silenciosa de Jiseok.
Y estaba feliz de haber llegado a un lugar donde podría verlo más seguido.
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