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La suave luz de las velas bañaba la habitación del lujoso hotel en una atmósfera íntima y cálida

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La suave luz de las velas bañaba la habitación del lujoso hotel en una atmósfera íntima y cálida. Después de haber compartido un momento apasionado, Jimin y YoonGi se encontraban acurrucados en la cama, abrazados entre risas suaves y miradas cómplices.

YoonGi acarició con ternura el cabello de Jimin mientras le susurraba dulces palabras al oído.

—Jimin, hemos estado juntos por cien días y cada día a tu lado ha sido increíble. Me gustas. —Declaró dejando castos besos en el cuello de su amado.  —Creo que es hora de presentarme ante tu hijo y amigos.

Jimin sonrió, pero una sombra de duda cruzó por sus ojos. —YoonGi, es cierto que me haces increíblemente feliz, pero tengo miedo de apresurarnos al presentarnos como pareja ante Jaemin, él suele ser caprichoso y no se como hacerlo.

YoonGi acarició con suavidad el rostro de Jimin, transmitiéndole seguridad con su mirada. —Entiendo tus preocupaciones, Jimin, pero confío en nosotros. No estamos apresurándonos, simplemente estamos declarando nuestro amor con aquellos que te rodean. —El joven profesor de matemáticas se inclinó y besó tiernamente los labios de Jimin, sellando sus palabras con cariño. —Pero estoy dispuesto a esperar todo el tiempo que necesites, quiero que sientas que puedo ser parte de tu vida por completo.

Las palabras de YoonGi se adentraron en el corazón de Jimin, disipando sus dudas. Se sintió amado y comprendido, sabiendo que tenía a su lado a alguien que respetaba sus tiempos y sentimientos.

—Tal vez el sábado, en la fiesta de JaeMin, es su graduación. —Explicó Jimin con entusiasmo reconociendo los logros de su único hijo.

—Estaré ahí. —Respondió YoonGi, sosteniendo a Jimin con delicadeza.

En ese momento, el aroma tentador de la cena romántica preparada por YoonGi llenó la habitación, recordándoles la celebración especial que estaban teniendo esa noche. Entre risas y risitas, compartieron la deliciosa comida, disfrutando de cada bocado mientras se entregaban a la calidez de su amor.

Esa noche, bajo la luz de las velas y el brillo de su amor, Jimin se dio cuenta de que no tenía que tener miedo de abrir su corazón nuevamente. YoonGi había demostrado ser un compañero amoroso y paciente, y estaba decidido a apoyar a Jimin en cada paso de su camino juntos.

Jimin sintió que era el momento adecuado para presentar formalmente a YoonGi ante sus amigos y, especialmente, a su hijo Jaemin.

Sabía que había encontrado algo especial y no quería perder la oportunidad de compartir esa felicidad con aquellos que eran importantes para él.

Él novio de papá. •YM• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora