Loving You » [SasuNarufem]

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Un azabache se puso de pie con dificultad, maldecía su debilidad, ni con la marca de maldición pudo vencer al Jinchuriki de Suna, odiaba no poder proteger a su compañera, odiaba tener que arriesgar a Naruko...

Bajó de árbol después de ver qué la pelirrosa respirara, corrió con dificultad a dónde se suponía habían caído los cuerpos de los hermanos de biju.

Allí vislumbró a su rubia adoración casi inconsciente y sola, al llegar la tomó en brazos y acarició su mejilla, le dolía verla así de herida, odiaba ser débil por no cuidarla.

— ¿Sasu...ke?

— Lo hiciste bien Naru, has ganado — le sonrió con orgullo, podía tener odio contra él por ser débil, pero amaba la que la Uzumaki tenía por su esfuerzo y dedicación — te llevaré al hospital, cuando salgas te invitaré un ramen.

— Conste Teme...

— Repito, uno — la rubia hizo un leve puchero y cedió a su debilidad cayendo en la oscura inconsciencia.

El Uchiha sonrió mirandola con un sentimiento que ni él sabía que podía transmitir, se sentía orgulloso por los logros que la menor había tenido, y el vencer al Jinchuriki de una cola sin ella tener que usar al suyo era de celebrar.

"Por ti seré más fuerte"

Durante la invasión solo hubo una baja, la del Sandaime Hokage, un líder muy querido por todos, pues había fomentando la voluntad de fuego e hizo lo posible para convivir con su pueblo.

Toda la aldea lloraba su muerte, los shinobis cercanos miraban con tristeza la fotografía, la muerte era algo que ya estaban acostumbrados, pero sentían respeto y admiración por el Kage.

Sasuke miró a su compañera de cabellos rubios y sin decir alguna palabra enlazó su dedo meñique con el de ella, la cual al mirarlo comprendió que lo hizo para demostrar su apoyo.

Naruko no tenía a nadie en la vida, y el Sandaime había Sido su apoyo, el único que preguntaba y veía por ella, comprendía que su muerte le dolió demasiado, pero no era capaz de demostrarlo llorando, y eso era algo que el comprendía.

Cuando su familia murió la Uzumaki lo había ido a visitar sin que fueran amigos, ella había Sido su consuelo, y ahora iba a ser él el de ella.

Durante el resto de la ceremonia siguieron con los meñiques entrelazados, nadie logró verlo gracias a que todos estaban apretados por el montón de gente, solo ellos eran conscientes, y así estaban bien.