𝐄𝐕𝐈𝐃𝐄𝐍𝐓𝐄 ʸᵒᵘⁿᵍ ᵐⁱᵏᵒ

𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

Chiara's pov

— no, eso no puede ir ahí Paty, no puedes hacer una pregunta de su trabajo y luego de su vida personal.

— es verdad, lo lamento.

Sonreí. Estábamos en el día de carrera, todos estaban muy emocionados, las escuderías estaba preparando todo para la carrera que sería en un par de horas, Patricia iba a entrevistar por primera vez a los pilotos y yo le estaba ayudando a mejorar un poco las preguntas, solo un poco, en realidad eran muy buenas.

— estoy nerviosa, ¿que tal si no lo hago bien?

— tranquila Paty, inhala y exhala, todo saldrá bien, solo confía en ti.

— gracias Chiara, te dejo sola me voy a ir a practicar un rato, ¿nos vemos después?— asentí

Le mande un par de mensajes a Vicky, supongo que viene en camino pues no me contesto ninguno.

—¿cansada?— otra vez.

— solo un poco, ayer no dormí muy bien que digamos— aunque fui a cenar con Vic, la note un poco ansiosa cuando estaba hablando de mi trabajo, la conozco y se que no quiso preguntar por algo, o más bien alguien — ¿y tú?

— no me quejo, soñé con alguien y eso hizo que durmiera muy bien— ¿si? no me importa, pensé.

— bueno te dej...

— ¿Chiara te puedo hacer una pregunta?

— si claro.

— ¿te gustaría ir a cenar conmigo esta noche?

— Joao... — suspire, era hora de poner un alto— me encantaría pero mi novia vino de visita y tal vez saldremos.

— ¿novia?— asentí— ¿eres lesbiana?

— bisexual— corregí.

— entonces tengo competencia— sonrió arrogante. No en realidad no, ni siquiera eres competencia para mi novia.

— Me gustas, Chiara, y hare todo lo posible para que veas que en verdad valgo la pena— dijo mientras se acercaba a mi.

No supe que responder, ¿que se supone que se diga en esos casos? Eres hombre nunca vas a valer la pena, no eso sería un cometario muy odiahombres3000 de mi parte.

— me alagas Joao pero...

— no digas nada, ¿te puedo dar un abrazo?

— si supongo.

Me abrazo de la cintura mientras yo ponía mis manos en su espalda alta, dándole leves palmada, es el abrazo más incómodo que he dado.

— hueles muy bien.

— gracias lo mismo dice mi novia.

— ¿interrumpo algo?

Solté a Joao al escuchar la voz de mi novia y me giré para encontrármela con un semblante serio y sus manos hechas puños.

Les apuesto que nadie tiene tanta mala suerte como yo.