[Bajo La Presión Del Mar] {Chelby}

Poniendose Al Día

—El fondo del océano siempre era una maravilla para Ruby, un paisaje relajante y repleto de criaturas hermosas que nadaban y compartían pequeños datos con ella, en especial porque visitaba de vez en cuando a Claudio José josetaceo, una hermosa ballena que Ruby quiso adoptar la primera vez que la vio, encallada en la playa, el gentil corazón de la kraken la hizo quedarse por horas regándola con una manguera, hasta que la marea subió y esta pudo nadar de vuelta a casa con su familia, aun así, Ruby no estaba ahí para una linda visita o un simple paseo marítimo, estaba ahí siguiendo a Chelsea, para charlar o algo así. La kraken aún no identificada toda la oleada de emociones que le estaban llegando a la vez, ya sea por el simple hecho de estar nadando junto a aquella hermosa sirena de roja cabellera o el hecho de que este sonriendo por dentro por ello.

—Nerissa a dónde me estás llevando? Porque si haces esto para evadir mis preguntas entonces estás muy equivo- «Intento explicar Ruby, pero fue interrumpida por la sirena».

—Tu calla y sigue nadando doña gruñona, solo quiero aprovechar esta salida para estirar la aleta y a ver si así se te pasa esa crisis existencial que has llevado hasta mi barco. «Le soltó Chelsea de forma directa».

—Ruby estaba por contestar a aquella horrible manera de interrumpir a la gente que la sirena tenía, pero al parecer ya habían llegado a su destino, ya que Chelsea en cuanto pudo se echó en la arena de tal manera que llevaba sus manos hasta la parte trasera de su cabeza y se acomodaba como si estuviera en una cama. A Ruby esa imagen le trajo de golpe el recuerdo de cuando ellas dos habían recorrido los 7 mares en 7 horas. Eso la hizo sacudir la cabeza con fastidio, se supone que había venido hasta acá a pedir explicaciones, no a recordar los restos de una falsa amistad. Chelsea tomó la palabra

—Antes de nada ya no me llames "Nerissa", yo ya no respondo a ese nombre...por temas personales. Ahora simplemente soy Chelsea Van Der Zee, una sirenita cualquiera. Ahora si, puedes lanzar tus preguntas y yo ya veré si las contesto~.

-Ruby soltó un gruñido de total molestia, se supone que ella no tenía opción de negarse a alguna de sus preguntas, ¡estaba ante una kraken gigante!, pero ella parecía tratarla como si fuera un ser inferior a ella, eso le sacaba de sus casillas, pero si jugaba mal sus cartas, no sacaría nada de Chelsea y eso haría que su arriesgada visita fuera una completa pérdida de tiempo y eso no era una opción, por lo que respiro hondo y luego miró a la sirena mientras se recostaba a su lado, manteniendo su debida distancia claro. Intento relajarse también y así poder soltar su pregunta.

—Porque estás afuera de tu jaula?, ¿cómo? Se supone que el capitán Gordon te mantendría ahí encerrada hasta que alguno de los krakens decidiéramos lo contrario, entonces porque vistes como una prisionera de caricatura, pero estas en aquel barco como si fuera tu casa, comiendo panqueques...y lanzándomelos a la cara...algo que no me gusto para nada por cierto.

- Chelsea no pudo evitar soltar una risa ante lo último mencionado, ya que si le gusto haberle lanzado ese delicioso proyectil, aunque hubiera sido de mejor provecho habérselo comido, pero valió la pena. la sirena no se lo pensó mucho y contestó a la pregunta.

—Primero, te lo mereces por andar aporreando mi puerta y gritando como una loca, lanzando acusaciones en plena mañana y segundo, lo de mi libertad, es una historia algo larga, pero a la conclusión que se llega es que la casa barco de Gordon y Davey ahora también es el hogar de la sirenita Chelsea! Si con eso estás satisfecha, supongo que hasta aquí llegó la charla, adiosi-

-Antes de que la sirena pudiese emprender su nado de regreso a la superficie, los enormes tentáculos de Ruby la habían atrapado, dejando solo su cabeza libre, mientras que la kraken la miraba con algo más de enojo debido a la actitud de Chelsea, la cual agotaba su paciencia. Esta apretó un poco su agarre sobre el cuerpo de la sirenita y hablo con un tono amargo.