[Bajo La Presión Del Mar] {Chelby}

Un Nuevo Dia

-No puede haber mejor manera de comenzar día que con el dulce sonido de una molesta alarma que te indica que debes de levantarse o si no puede que lo lamentes luego. Aquello era el caso de nuestra joven kraken protagonista, la cual se despertó y tuvo que contener sus deseos de freír aquel despertador con su visión láser, como lo había hecho cuando recién había entrenado aquella habilidad con su abuela, con la poderosa, temida al igual que querida reina de los krakens! GranMamá!...había entrenado sus otras habilidades, como la alta velocidad en el nado, su piel que se volvía casi tan dura como el mismísimo acero y por supuesto estaba la súper fuerza que todo kraken...en fin, volviendo con Ruby, la chica de piel azul se levantó con mucha pereza en su cuerpo y de un buen golpe por parte de su tentáculo, apagó aquel molesto sonido y prosiguió a estirar un poco su cuerpo. Juraría que si tuviera huesos, estos crujirían...lo siguiente que fue a darle los buenos días, fue su mascota Nessie, la cual le dio varios lametazos en la mejilla, algo que hizo que la mueca en su cara de fastidio por haberse despertado temprano, cambiase a una dulce sonrisa causada por el amor y afecto incondicional que nos puede proporcionar nuestras mascotas

—¡Jajajaja! Basta Nessie, basta!...sigo sin entender cómo puedes estar tan emocionada y a estas horas...creo que es como algunos dicen...el sueño es gratis, lo costoso es despertarse. En fin, veamos si el desayuno está listo ¿quieres?.

-No hizo falta nada más que un ladrido y la cara de emoción de su mascota, para que la kraken entendiese que no era la única que necesitaba su comida de la mañana para poder empezar su día, así que sin cambiarse aún la pijama, se puso sus pantuflas y camino escaleras abajo, para así llegar al comedor de la cocina, donde su padre domina sin competencia alguno, debido a su habilidades culinarias, aunque de momento...el no se encontraba ahí, ya que aún no era su hora de trabajar y cómo aún no empieza la temporada escolar, el hombre aprovecha el sueño extra que aquello le brindaba y dejaba a sus hijos encargarse de sus desayunos, luego se levantaría junto a su mujer y le prepararía algo, además de hacer los preparativos para un buen almuerzo y por supuesto, una cena para los cuerpos exhaustos de cada miembro de la casa. Ruby simplemente se encontró con la cocina limpia, un escenario perfecto para preparar aquello con lo que debería aguantar hasta el almuerzo.

—Me alegra que papá descanse Nessie, después de todo...cuidar su tienda y a nosotros es un trabajo casi tan duro como el de bienes raíces de mamá...Sam es sólo un dormilón debido a sus deportes, lo que nos deja a ti a mi algo de campo libre...así que comencemos!

-Con eso dicho, la kraken se puso tentáculos a la obra, lo primero que hizo fue servirle sus algas favoritas a la pequeña Nessie, la cual no dudó a empezar a devorar su jugoso desayuno vegetal, mientras que Ruby encendía la cafetera para que comenzara a preparar el elixir que le ayudaba a aguantar cada mañana, mientras que con una buena agilidad lanzaba dos rebanadas de pan al aire y les daba con unos controlados rayos láser que salieron de sus ojos, haciendo que aquellas rebanadas ahora fueran tostadas, estas cayeron sobre un plato que ella misma colocó, después de varios intentos fallidos que había tenido cuando empezó esa táctica de tostar los alimentos con sus ojos, hace un año de ese comienzo. En cuanto la cafetera expulsó el oscuro líquido, esta puso un poco en su taza y el resto se lo dejó a su madre. A Ruby no le gustaba el café totalmente amargo, así que con algo de leche y azúcar logro que fuera un dulce líquido que le daría energías, le echo algo de mermelada de fresa a sus tostadas y decidió desayunar mientras miraba por la ventana que le daba una vista de las calles y la costa.

—Buenos días Oceanside, son las 7:30 de la mañana, espero que hoy sea un día suave para los dos...

-Con eso en mente, la joven comenzó a comer de sus tostadas y a beber de su dulce café, mientras que observa cómo el sol le daba los buenos días, con sus gentiles y cálidos rayos de la mañana, así como observaba el suave movimiento del océano. Una vez termino de comer, se levanto y limpio la cocina, dejándola como estaba, para luego darse una buena ducha y cambiarse a unas prendas cómodas, junto a sus botas negras, estando lista para comenzar su día, aunque antes de salir de su habitación, miró hacia la chapa que llevaba la bandera de Canadá, la cual usaba para mantener su secreto oculto, aquello le sacó una pequeña risa.