Capitulo Cuatro.

22.1K 1.1K 59
                                    

Al llegar a la fiesta es de puros universitarios y por desgracia jodidamente sexis. Como sufro ¿verdad? Acordaron entre mi hermano y el idiota que me lleva de la mano que, sería el conductor designado y por ello no se separara de mí. Vean el lado bueno, podre ponerme borracha y saber que me cuidaran sin problema.

Josh se perdió con una bella pelirroja, mientras tanto Fede y yo nos encontramos sentados en la barra tomando una cerveza, bueno solo yo ya que él toma agua mineral.

–Amor. —Llego una castaña besando de inmediato a Fede lo cual me hizo hervir la sangre y más cuando él le correspondió por lo que mejor decidí irme.

– ¿A dónde?—Me detuvo de la muñeca.

–Al tocador.

–Con cuidado. —Rodio los ojos en forma de frustración, como si en verdad le interesara, que mejor se preocupe por su novia.

Bien, mentí no fui al baño, salí al patio de la casa para tomar un poco de aire, por mala suerte deje mi vaso en la barra.

–Eh ¿y Federico?—Dijo Josh llegando a mí.

–Con su novia. —Les aseguro que ni me pelo ya que volteo a ver una pelea que estaba dándose a unos metros nuestros.

–Quédate aquí. —Me dio su vaso– cuídala, con tu vida me pagas. —Le dijo a un chico que va pasando, el cual solo asiento, Josh salió corriendo para lanzarse en la bola.

–Tranquila tu hermano estará bien. —Es rubio, ojos verdes, debo admitir le gimnasio le favorece muy bien.

–No me preocupo por el sino por el pobre idiota al que golpee. —Bebí un poco de aquel líquido que no sé qué demonios sea pero esta jodidamente bueno.

–Eso sí, y más si llega Federico no se la acaban, pero él no está disponible ¿Sabes a lo que me refiero?

–Perfectamente. —Un maldito golpe en el estómago fue lo que sentí al enterarme que Fede está follando a la castaña. Que esperabas estúpida, es su novia y se la puede follar todo lo que quiera.

–Y, ¿Qué edad tienes?

–16, ¿y tú?

–23, eres muy joven como para venir a estas fiestas ¿No crees?

–Sí, pero tengo prácticamente a dos hermanos que le romperán la cara a cualquiera que se intente propasar conmigo, así que no me preocupo y solo disfruto.

–Eso sí.

–Gracias Meny, yo me encargo. —Llego Fede y corrió al lindo de Meny jodido putingo me las pagaras.

– ¿No que ibas al baño?—Se para frente a mi molesto.

–No me pensaba quedar ahí viendo cómo te comías a tu novia. —Comencé a cambiar a la salida, no quería estar ahí y menos con ese idiota.

–Oh ya entiendo esta celosa. —Se cruzó de brazos y sonrió egocéntricamente.

–No, ni que tengas tanta suerte.

– ¡Elsa!—Escuche mi nombre por detrás de Federico, al ver esta Julián con dos chicos, se ve súper guapo, lleva una playera azul rey chaqueta negra y pantalones blancos, su cabello esta un tanto despeinado.

–Julián ¿Qué haces aquí?—Me acerque a él para besar su mejilla.

–Mis hermanos me invitaron, y creo que a ti te invito Josh ¿Correcto?—Asentí.

–Mira que inteligente, denle un Grammy. —Dijo Fede aplaudiendo como morsa retrasada.

–Los Grammy no son para la inteligencia Mundano. —De inmediato se le borro la sonrisa y me pego a él.

–Elsa ¿Quieres bailar?—Me pregunto Julián estirándome su mano.

–Con gusto. –Sonreí coqueta. Ahora va la mía idiota. –Fede me sostienes esto. –Le entregue el vaso y fui con Julián a la pista solo vi su cara de frustración y sus puños hechos rocas.

– ¿Se encuentra bien tu amigo?—Me grito un poco para que lo escuchara por encima de la música.

–Sí, ignóralo. —Seguimos bailando hasta que Josh me interrumpió.

–Nos vamos, quiero llevarte a casa antes de irme. —Asentí y me despedí de Julián con un beso en la mejilla. –Federico te llevara a casa, lo más seguro es que no llegue a dormir nos vemos mañana. —Beso mi frente y se fue.

– ¿Te arruinaron la fiesta?—Dijo Burlonamente y ahí entendí.

–Tu jodido putingo, idiota, Muggle deficiente mental. —Lo miro molesta.

–Te lo advertí Elsa, ningún hombre que no sea yo puede tocarte, puede besarte. —Se acercó demasiado a mi dándome el aroma a Alcohol, estuvo bebiendo eso explica porque camina de un lado a otro, susurra sobre mis labios aquellas palabras que me derriten. –Ninguno te puede amar como yo lo hago y siempre lo hare. —Lo separe de golpe.

–Lo tuyo no es amor es pura calentura Federico. —Camine al auto molesta y subí a él.

Quiso decir algo más pero encendí la radio y subí a todo volumen la música.

Al llegar a casa lo único que hizo fue decir.

–Me vengaré Federico Dónovan. —Él se acercó a mí mirándome fijamente.

–Buenas noches cariño. —Dio un rápido beso en mis labios y se fue escaleras arriba.

Frustrada entre a la cocina encontrándome con Camila.

– ¿Qué haces tan tarde despierta?—Le pregunte abriendo el refrigerador.

–Ahí señorita olvide lavar la playera del uniforme del joven Federico y mañana tiene juego. —Dulce venganza.

–No te preocupes Camila, yo la lavo.

–Señorita como cree que la dejare hacer mi trabajo.

–Camila es tarde y además yo aún no me acostare, esperaré a Josh y que tan difícil puede ser meterlo a la lavadora.

Como 20 minutos tarde para convencerla hasta que lo logre, metí la playera blanca a la lavadora junto con calcetines rojos, mi pantalón rojo, la camisa roja de Josh y puse ropa normal, al salir la metí a la secadora y lista para el partido de mañana.

Idiota. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora