Capitulo Quince.

16.5K 895 74
                                    

—Tengo que llevarte a casa pequeña. —Nos levantamos del colchón y el aún se queja de la pierna y brazo.

—No tenías que haber salido de la cama. —Como pudo bajo del árbol.

—No podía soportar la idea de que tú estuvieras afuera enferma y lo más importante. —Me mira directo a los ojos y de nuevo me eriza la piel. — ¡Sola! Elsa me importas más de lo que piensas y no dejare que nadie te haga daño. —Su rostro pasó de ser uno comprensivo y tierno a uno duro y frío. —Ni siquiera yo mismo. —Detrás del apareció Julián con una manta y cara de preocupación. —Adiós Elsa. —Se dio la media vuelta y se fue. Miro a Julián el cual me abraza y cubre con la manta. Es un idiota, y valla que lo es pero así lo amo y no quiero perderlo.

— ¿Te encuentras bien? ¿Porque no llamaste? Elsa tienes a todo mundo muy preocupado, hasta Josh tomo un avión de regreso con Carter. —Esperen escuche bien.

— ¿Carter?—Abrió demasiado los ojos al darse cuenta lo que dijo.

—Nora, me equivoque, no sé dónde traigo la cabeza amor. —Intento desviar la atención abrazándome pero no soy idiota.

— ¡Habla!—Lo quito y le ordeno. Nada más esto me faltaba.

—Josh y Carter tienen una relación a escondidas desde hace varios días. —Traición. Y no por mi hermano, sino por Carter, mi mejor amiga no me dijo nada.

—Me lo ocultaron.

—Perdóname, yo no estaba de acuerdo pero se lo prometí a Josh. —Intento tocarme pero lo aparte, quite la cobija y comencé a correr, por suerte soy rápida y de aquí a que el encendió el auto y se puso en marcha yo me perdí entre las calles. Mi celular no dejaba de sonar así que lo apague y me abrase a mí misma.

Hace demasiado frío y ni siquiera sé dónde estoy.

3 horas después.

Comenzó a llover hace media hora, estoy mojada y ya muy apenas logro distinguir la acera del concreto.

— ¿Te encuentras bien?—Una hombre se me paro frente a mí pero no logro ver su cara, todo se vuelve borroso hasta que se vuelve negro.

Narra Desconocido.

Me han llamado del hospital para cubrir un turno faltante y como estoy solo como un perro en navidad aquí voy. Salí de mi casa para subir a mi auto pero me llamo la atención una chica de unos 16 años caminado de un lado al otro. Parecía desorientada y borracha. En varias ocasiones estuvo a punto de caerse pero logro mantener el equilibrio.

— ¿Que hace afuera y lloviendo?—Baje del auto a la lluvia y me acerque a ella, al tocar su brazo noté su pulso muy bajo, estaba pálida y muy enferma. — ¿Te encuentras bien?—En ese momento se desvaneció en mis brazos y su rostro está muy caliente. Esta niña puede morir de hipotermia. La tome entre mis brazos y está más ligera que una pluma ¿Que no come?

La metí en mi auto, no tenía tiempo para llamar una ambulancia así que la lleve al hospital donde trabajo.

—Doctor Avan ¿Que paso?—Me pregunta Alice mi ayudante.

—Tiene hipotermia, prepara una habitación privada ahora eh inyéctale plorufecteno y xenoneron, pude morir en cualquier momento. —La puse en una camilla y ella se la llevo para prepararla, yo me fui a mi loquer por mi bata y mis instrumentos después fui a la habitación de ella.

— ¿Encontraste algo que nos diga quién es?—Miro su rostro y ya está demasiado pálido, sus labios resecos y agrietados. Aun no entiendo que hacia una niña a altas horas de la madrugada sola y menos en navidad.

Idiota. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora