Capitulo Diecinueve.

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Narra Josh.

Ya está todo listo para irnos, me duele dejar a papa pero no dejare a mama y Elsa irse solas.

—Elsa el taxi llego. —Llame a su puerta. Desde ayer que llegamos se encerró en su habitación y no volvió a salir, mama le dijo que empacara sus cosas y espero que si lo hiciera.

Llame de nuevo ya que nadie me contesta. —Elsa se hace tarde. —Toque con más fuerza y noté que la puerta estaba abierta así que entre. —Elsa. —Busque en el baño y no está, abrí su closet y falta ropa. —Elsa huyo de nuevo. — ¿Porque jamás hace lo que se le pide?

— ¡Mama!—Baje y ella ya está lista para salir.

—Te tranquilizas, estoy aquí. —Dijo mientras salía de la cocina y comía un emparedado.

—Me has asustado ¿Tienes todo listo?

—Sí, tengo todo listo, listo para arruinar mi vida.

—No me importa, andando. —Tomamos las maletas y las pusimos en el auto y de ahí al aeropuerto.

Elsa no nos miró ni a mama ni a mí en todo el camino, solo veía a la ventana y derramaba lágrimas. Pasamos por su instituto y empeoro más. Amo a mi hermana y quiero que este bien y verla llorar me duele. Prometí que jamás dejaría que la lastimen de nuevo y es lo primero que estoy haciendo.

Al llegar al aeropuerto estoy decidido a todo.

Narra Elsa.

—No quiero irme. —Ya estamos en la sala de espera en el aeropuerto. No quiero irme, no quiero.

—Cariño no tienes opción, eres menor de edad y te vas porque te vas. —AAHH odio a mama. ¿Porque hace esto? ¿Qué pasa con papa? ¿Porque no va con nosotros?

—No me hagas subir por favor. —Le suplico pero no consigo nada, miro a Josh y me ignora totalmente. ¿Qué pasa con mi hermano? ¿Porque no me ayuda? —Los odio a ambos. —Me gire comenzó a caminar molesta.

— ¿A dónde vas?—Me pregunta mama molesta.

—A la tienda. —Seguí mi caminar hasta llegar a la tienda de dulces. Es un viaje de 12 horas así que necesitaré mucha azúcar. Tome lo que encontraba y que fuera de mi agrado. Gusanos, panditas, bambús de nutella, galletas, frituras y demás.

— ¿Helado?—Traía un jugo de vidrio en mis manos que al escuchar esa voz termino en el suelo y hecho pedazos. Me gire y ahí está el. El idiota más grande del mundo. Pero el idiota que amo.

—Federico. —Lo abrase con fuerza al igual que él, extrañe tanto su colonia, sus brazos y al diablo extraño sus besos.

Lo bese y el correspondió de inmediato.

—Hola pequeña. —Me aleje de el al recordar que me había abandonado eh se había ido a Londres. Le metí una cachetada y el me mira sorprendido. — ¿Y eso?

—Por dejarme e irte a Londres  cuando más lo necesitaba.

—Pequeña jamás me fui a Londres, siempre estuve contigo, y no dejare que te lleven lejos de aquí. —Poso su frente sobre la mía y por un momento vi brillar sus ojos.

Narra Josh.

Ya han pasado 30 minutos desde que Elsa se fue a la tienda, estamos por abordar el avión y ella no regresa.

—Iré a buscarla. —Me levante de la silla y mama ni me puso atención, es más importante su revista que nosotros.

Entre a la tienda y esta el aviso de piso mojado junto a los refrigeradores así que rodeo y entro por la otra puerta, no la veo de hecho hay un olor que se me hace familiar, una colonia de hombre que me suena mucho.

Le pregunto a la señorita de la caja si ha visto a la chica de la foto que le mostré en mi celular y la noté algo nerviosa pero niega con la cabeza.

Si Elsa huyo será mi ídolo. Yo no soy lo bastante fuerte como para enfrentar a mama y decir que Elsa ni yo dejamos San Francisco.

Mire una cabellera roja correr y creí ver a mi hermana pero no lo era, va de la mano de un chico de colonia familiar y creo yo que no es, además van demasiado lejos como para alcanzarlo.

Narra Eithan.

Investigamos y el vuelo sale a las 9 am, tuve que ir al hospital por el expediente médico y las pruebas de ADN donde me confirman que soy su padre biológico.

Llegamos justo a tiempo al aeropuerto, Diego se adelantó para intentar detenerlos en lo que yo busco aparcar el auto.

Baje y corrí como si mi vida dependiera de ello pero sin querer choque con dos adolescentes que corrían.

—Perdone. —Veo a la chica y es muy parecida a Elsa y el chico muy parecido a Federico. Ambos con cara de preocupación.

—Tengo que detener un avión, una gran amiga esta por subir. —Le entregue las llaves de mi auto a Federico y ellos solo me dedicaron una sonrisa y corrieron.

Yo entre al aeropuerto y esta Mónica como loca preguntando por Elsa, miro a Josh y está sonriendo, Diego no entiende que Josh no la busque o que no se preocupe.

— ¿Que sucede?

—Elsa no aparece. —Me dice Diego.

—Oh se parece a su padre, sabe esconderse muy bien. —Miro a Mónica y está más que molesta, me mira con fuego en los ojos.

— ¿Donde esta Elsa?—Se acerca a mí. Casi podría jurar que me está matando de mil formas distintas en su cabeza. —No te lo preguntare de nuevo, ¿Dónde está mi hija Eithan?

—No lo sé, subió a un auto y se fue.

— ¿Y se lo permitiste?

—Les di mi auto. —Miro a Josh y a Diego los cuales sonríen.

—Entonces no tenemos nada que hacer aquí. —Dice Diego. —Mónica, tu vuelo se está por ir, deberías abordar ahora. Vámonos.

—Yo voy con ustedes. —Josh tomo su maleta y la de Elsa, para después abordar un taxi eh irnos a mi casa.

Al llegar ya está mi auto aquí pero no hay rastro de los chicos.

—Yo tengo algo que hacer y necesito su ayuda. —Dice Josh.

3 horas después.

—Me veo ridículo, ¿Seguros que es necesario esto?—Se queja Josh.

— ¿La amas?—Le pregunta Diego.

—Como a ninguna.

—Entonces es necesario. —Yo me siento demasiado incomodo, esta idea no fue muy buena y eso que fue mía.

—Si Elsa nos viera se burlaría de nosotros de por vida. —Miro a Josh. — ¿Qué? Es mi hermana la conozco.

Subimos al auto y con más ganas estoy incomodo, aun no sé cómo logramos conseguir los trajes tan rápido.

En la esquina como ya lo habíamos acordado nos esperan los chicos vestidos igual a nosotros solo que el traje de ellos es negro y el nuestro es blanco con azul.

—Muchachos arránquense. —Grita Josh.

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Idiota. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora