Strange Love - Gavi

《☆Capítulo 11☆》

Abby

Mañana era la gran noche dónde mi vida cambiaría al ser pareja de Pablo Gavi, al que todas aman y mueren por él. Por si no fuera poco, el sevillano cumplió 19, el pasado 5 de agosto, tenía pensado ir a la Masía a felicitarlo debido a que estaba de viaje cuando ocurrió pero una notificación de Instagram me lo impidió.

@pablogavi te ha mandado un mensaje

➪Guapa, mis padres están de visita ¿Puedes venir esta tarde?

➪¿No quieres que conozca
a tus padres o que? 😂

➪Si que quiero pero mejor
mañana en la gala ¿no?

➪Bueno ¿Entonces me llego
esta tarde?

➪Si dices tu nombre y entras

➪Vale, adiós Pablo 😉

➪Adiós amor 😁

Al cancelar mis planes con Pablo por la mañana, decidí ir a dar una vuelta por la ciudad no sin antes avisar a mi madre que estaba en el trabajo, seguían sin darle las vacaciones. Por el camino revisé mis redes sociales que parecían haber sido aumentadas por parte de los seguidores y los likes. No sé como tomarme eso.

Después de una caminata, llegué a una heladería bastante moderna, Mocciolata, los helados eran artesanales lo que conllevaba a un precio alto. Entre y de lejos vi el cartel de los sabores arriba de la vitrina dónde se servían. Justo cuando iba a pedir, mis ojos se dirigieron hacía una mesa no muy lejos de mí dónde un chico daba la espalda, una chica algo más mayor se encontraba a su lado y dos adultos estaban delante escuchando atentantamente al chico. Extrañaba los tiempos en dónde mi padre seguía con nosotras.

Pero la familia no fue lo que me cautivó sino la camiseta que llevaba el chico, recordaba haberla visto antes incluso haberla llevado puesta pero era imposible, había millones de ejemplares no tenía porque ser la de Pablo ¿no?.

—Buenas tardes, ¿que desea?

Desvíe mi mirada hacia el mostrador dónde un chico moreno captó mi atención mientras cogía la espátula redonda.

—Buenas, un helado de Nutella blanca y lotus porfavor

—¿Cucurucho o tarrina?

—Tarrina pequeña

Asintió el chico volviendo a fijar mi mirada en aquella mesa tan peculiar pero me arrepentí de mis actos cuando la chica más mayor alzó su mirada hacía mi encontrándose con mis ojos fijando su mirada. El cuerpo se me paralizó al ver que le tocaba el hombro al chico de su lado, al Pablo 2.0.

—Pablo, creo que esa chica te conoce

Escuché que le decía a su hermano al yo estar de vuelta, notando unas miradas sobre mí poniéndome aún más nerviosa.

¿Porqué ahora que necesitaba el helado tardaban tanto?

Creí ser escuchada por los dioses cuando vi al chico del mostrador acercarse a mí con una tarrina en la mano pero una vez más no fui la afortunada.

—Aquí tienes, ¿quieres galleta o barquillo?

—Una galleta porfavor