TE ESTABA ESPERANDO

CAPÍTULO 25

Nan

La primera vez que había intentado conseguir empleo pase por unas cuantas humillaciones y disgustos con  dueños de tiendas, también peleas con uno que otro inversionista de papá que perdió dinero por su culpa en medio de nuestra crisis, pero en esta ocasión fue diferente. Fue mucho peor. Fueron mas crueles, con solo formular la pregunta" ¿siguen en la quiebra?" Y dar el ultimátum con: "Pues que bien que estén jodidos porque nosotros igual." Y sacándome de su establecimiento con un: " Quién diría que la hija de Benjamin Jhon terminaría pidiéndome empleo..." y después de otras dos entrevistas plagadas de comentarios de ese tipo solo tenia ganas de vomitar. No quería volver a pasar por la misma experiencia, pero después de pasar por la mayoría de tiendas y restaurantes de la periferia de la ciudad y no obtener nada, tuve que tragarme el poco orgullo que me quedaba y tener la esperanza que después de casi seis meses, los socios de papá hubieran recuperado algo de solidaridad y me dieran un empleo, así que di mi ultimo intento en una tapicería de un supuesto amigo de papá. Pero la historia se repitió, estaba tan humillada que esta vez no sentí nada cuando me insulto o me vio con pesar.

Es decepcionante darte cuenta como personas que te vieron crecer y cenaron cientos de veces en tu casa, simplemente cambian cuando ya no les sirves. Papá invirtió sus fondos porque ellos se los entregaron confiando en el, pero también teniendo claro que en la bolsa se puede ganar y perder en cualquier momento y eso no les importo mientras ganaron. Cuando perdieron un porcentaje de sus acciones solo nos insultaron sin si quiera pensar que nosotros no perdimos acciones, perdimos todo nuestro patrimonio. Aun así, ellos jamás se preguntaron qué pasó con nosotros, solo les interesaba saber en cuanto tiempo volvería el dinero para pagarles lo que perdieron. Y la muestra de que yo esté aquí pidiéndoles un trabajo, significa que ese dinero que buscan no llegará pronto. Y ahora estoy segura, que aunque lo tuviéramos no se los daría.

Después de una semana pasando de burla a humillación sin pausa, y peor, sin encontrar un empleo tome la tarjeta que el tipo cincuenta me había dado hace días y le escribí al número que estaba en la tarjeta. A los pocos segundos un mensaje predeterminado me llego con una dirección y el horario en que se encontraba abierto. Sabia donde quedaba el lugar, era cerca del club de campo  pero un poco más alejado de la ciudad y cerca a la playa, hace un tiempo mi papá había vendido un par de propiedades por esa zona pero al ser tan poco concurrida ya me daba una idea de que tipo de negocio era... Y confirme mi idea cuando llegue. El terreno que mi papá había vendido se había transformado en una casa muy grande y con mucha clase pero el nombre te indicaba un poco de que se trataba se leí "Club Rubí" y al lado había la silueta de una mujer acompañando el nombre. Por un momento tuve el impulso de salir corriendo pero recordé que ya se estaba acabando la medicina de papá, que las cuentas llegarían pronto y que la hipoteca ya había mandado un aviso en la mañana, y golpeé.

Después de unos segundos un tipo alto y de tez oscura abrió y me pregunto que qué quería. Le dije que me habían dado la tarjeta para un empleo. Me miro de arriba a abajo con algo de duda, pero después se hizo a un lado y me dejo entrar. En efecto era un club de stripers o algo por el estilo, había una zona que parecía una discoteca, no podría decir que tan grande era o específicamente que había en el lugar porque todo estaba oscuro pero note algunos tubos donde supongo que las chicas bailaban, algunos sofás de cuero, y barras con cientos de licores. Después me llevo por un pasillo y una escalera y termine en una segunda o tercera planta que me genero más tranquilidad, parecía la sala de recepción de cualquier despacho u oficina, mucho más lujosa de lo normal y con detalles extravagantes como cuadros gigantes y estatuas en cada esquina pero al fin al cabo, oficinas.

- Tome asiento. En un rato llegará Graciela y la hará pasar si el jefe está. -Dijo el tipo dejándome en una pequeña sala y saliendo del lugar por donde habíamos llegado.