i want you so much (but i hate your guts)

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Como resultado de su maldito calor innecesario, Louis no fue elegido como jugador para el próximo partido contra el equipo de fútbol de la Universidad AB de Wolverhampton. No fue tan decepcionante como molesto. Podría haber sido elegido, está bastante seguro de que Collins también quería elegirlo, pero con él perdiendo casi una semana entera de práctica que realmente no era justificable. Sin embargo, eso no significaba que Louis no pudiera estar enojado por eso.

Así que tal vez estaba mostrando su frustración demasiado abiertamente en el vestuario, lo que le provocó algunas miradas de preocupación y de lástima, que... eso no ayudó, ¡gracias!

Lo que tampoco ayudó fue Harry Goddamn Styles.

Su mente había estado en un constante estado de desorden desde que pasó su calor y pudo pensar con claridad una vez más. Todo lo que había estado ocupando su cerebro desde entonces, por supuesto, era el comportamiento de Harry el día que comenzó su celo. En primer lugar, el Alfa lo había ayudado a salir de una situación que podría haberse vuelto desagradable con bastante rapidez. Luego, se encargó de llevar a Louis de regreso a su dormitorio, asegurándose de que terminaría allí ileso, sin ser detectado y solo. Y por último, hubo otra chispa y Harry la reconoció, Louis estaba seguro de eso, pero no se aprovechó de Louis. Como no lo había hecho en Oxford.

Sin embargo, a diferencia de la mañana siguiente en Oxford, esta vez Harry no lo ignoró. Ya no actuaba indiferente, o como si manejar y supervisar a Louis durante la práctica fuera la carga más pesada. Tampoco se suponía que eso significara que él actuó todo lo contrario, porque eso sería una exageración. No, por extraño que parezca, simplemente comenzó a actuar de forma natural, civilizada. Saludó a Louis como saludaba a todos los demás miembros del equipo, por ejemplo, lo que no sonaba como un gran problema, pero en realidad lo era. Luego, durante la práctica, Harry dejó de pasar constantemente por alto a Louis, no pudo pasarle la pelota o lo dejó fuera deliberadamente en los ejercicios de tacleo y formación de equipos. Y esa vez que Louis logró marcar un gol casi imposible con su pie izquierdo, Harry incluso le hizo un cumplido,

No era mucho, pero de alguna manera todavía lo era, si eso tenía algún sentido. Probablemente no lo hizo para nadie que no fuera Louis. Por primera vez se sintió como un miembro real del equipo, apreciado e involucrado, y estaba feliz por eso. No estaba muy feliz de que todo esto fuera provocado por la apariencia de lástima que ofreció mientras entraba en celo justo en frente de los ojos de Harry.

Sin embargo, tomaría lo que pudiera conseguir, obviamente. Porque era imposible negar que las partes de la atención y la buena voluntad de Harry que estaban dirigidas a Louis se sentían como rayos de sol en su piel.

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El jueves anterior al próximo fin de semana de juegos fue un mal día para Louis, no se podía negar.

Al despertarse y prepararse para el día, Louis se dio cuenta de que su reserva de té de Yorkshire se había acabado. Como, honestamente, ¿cómo podría haber sucedido eso sin que él se diera cuenta? Todo empezó a ir cuesta abajo a partir de ahí, obviamente. La luz de su bicicleta se rompió justo durante su viaje al campus universitario, lo cual apestaba, porque ahora tendría que hacer tiempo para arreglar eso. Luego no pudo responder no solo a una, sino a dos preguntas que le dirigió su profesor en su Seminario de Literatura Canadiense. Louis despreciaba no estar al tanto de los temas que cubrían en clase, pero con su calor que lo hizo perder casi una semana entera de la universidad, todavía tenía que ponerse al día y eso le había impedido leer la novela que le habían asignado para el día. . Era una excusa que, por supuesto, no podía usar. Bastó decir que el profesor no estaba complacido con él en lo más mínimo.

Avergonzado y descontento como estaba, no era de extrañar, realmente, que Louis hubiera procedido a jugar un terrible partido de fútbol durante la práctica. Perdió el balón innumerables veces, falló los pases más fáciles y cayó en tacleadas a medias más a menudo de lo que quería admitir. Si las agudas miradas que el entrenador Collins le había lanzado eran algo a lo que atenerse, el hombre tampoco estaba satisfecho con su actuación.